Unas 30 esposas de rabinos israelíes han instado en una carta a las judías de Israel a que no salgan, trabajen o realicen el servicio nacional (una alternativa al servicio militar para las judías ortodoxas) con hombres árabes. Aunque en algunas partes del texto se refieren a los hombres no judíos en general, en otras mencionan claramente a los árabes.
«No salgáis con personas no judías, no trabajéis en lugares donde haya no judíos y no realicéis el servicio nacional junto a no judíos», dice la carta, que es una iniciativa de Lehava, una organización que dice trabajar para «salvar a las hijas de Israel» de la «asimilación», la pérdida de la identidad judía para integrarse en el entorno.
En algunos lugares donde pueden trabajar mujeres judías, como supermercados u hospitales, «no son pocos los trabajadores árabes que usan un nombre hebreo», señalan las esposas de los rabinos. «Yusuf se convierte en Yossi, Samir en Sami y Abed en Ami. Buscan vuestra compañía, intentan gustaros y os prestan toda la atención del mundo», añaden.
Pero las firmantes de la misiva, difundida por el diario ‘Haaretz’, hacen luego una advertencia: «En cuanto estáis en sus manos, en su localidad, bajo su control, todo cambia». «Vuestras abuelas nunca soñaron o rezaron para que una de sus descendientes cometiese un acto que sacase a las generaciones futuras del pueblo judío», indican.
Lehava tiene una casa-refugio para mujeres judías que han abandonado a sus parejas árabes y defiende que se boicotee un supermercado de un asentamiento israelí situado en Cisjordania en el que trabajan hombres árabes y mujeres judías.
La carta de las esposas de los rabinos llega después de que este mismo mes de diciembre se publicara otra carta firmada por decenas de rabinos municipales en la que se pedía a los israelíes que profesan el judaísmo que no alquilasen o vendiesen viviendas a personas no judías.
