Irán invita a varios países a visitar las instalaciones nucleares de Natanz y Arak

Irán invita a varios países a visitar las instalaciones nucleares de Natanz y Arak
Imagen de archivo que muestra la planta de enriquecimiento nuclear de Natanz, en el centro de Irán. EFE/Archivo

Representantes del Movimiento de Países No Alineados, miembros del grupo de los 77, de la Liga Árabe y diplomáticos de países como Siria y Venezuela visitarán a partir de hoy las instalaciones nucleares iraníes de Natanz y Arak en un viaje que ha sido rechazado por la grandes potencias.

La visita, previa a la reanudación del diálogo nuclear la próxima semana en Estambul, ha sido publicitada como un «gesto de transparencia» por la autoridades iraníes, argumento que parece no haber convencido ni siquiera a países con los que mantiene mejores relaciones, como Brasil y Turquía.

La invitación ha sido rechazada por Estados Unidos, que la ha tildado de «payasada», por la Unión Europea (UE) e incluso por China, Estado que ha mantenido en los últimos años un posición algo ambigua respecto al conflicto con Irán.

«La troika de los no alineados -Cuba, Egipto y el propio Irán-, el grupo de los 77, algunos países árabes y otros como Venezuela y Siria han aceptado la invitación», explicó a Efe una fuente diplomática iraní que sin embargo se negó a revelar qué naciones han rechazado la propuesta.

En un intento por atraer a otros huéspedes, el portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Ramín Mehmanparast, afirmó el miércoles que junto a los embajadores acreditados ante el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), han sido invitados expertos nucleares de esos países.

El viaje, que comenzará mañana y se prolongará por espacio de al menos dos días, se produce a una semana de que Irán retome en Estambul el diálogo sobre su conflictivo programa nuclear con el denominado 5+1, integrado por los países miembros permanente del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania.

Gran parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos e Israel a la cabeza, acusa al régimen iraní de ocultar, bajo su programa civil, otro de naturaleza clandestina y ambiciones bélicas cuyo objetivo sería adquirir armas atómicas, alegación que Teherán refuta.

Las sospechas se centran, sobre todo, en el programa de enriquecimiento de uranio de Irán, país que ha advertido que bajo ningún concepto renunciará a este derecho.

El régimen iraní rechazó a finales de 2009 una propuesta de Moscú, Washington y Londres para enviar parte de su uranio al exterior y recuperarlo tiempo después enriquecido al 20 por ciento, en la condiciones aptas para alimentar su reactor de investigación en Teherán

Sin embargo, en mayo de 2010 rubricó un acuerdo similar con Brasil y Turquía que no ha sido aceptado por la mayoría de la grandes potencias.

Las sospechas bélicas se agudizaron en febrero del pasado año después de que Irán desoyera las advertencias y decidiera enriquecer uranio por sus propios medios, lo que le supuso una nueva ronda de sanciones de la ONU.

En diciembre pasado, tras 14 meses de interrupción, retomó el diálogo con el 5+1, que exige a Irán que ponga fin a su programa de enriquecimiento y que permita inspecciones más rigurosas y por sorpresa.

En los días previos a la cita, la República Islámica ha optado, no obstante, por mostrar su cara más desafiante y dura.

El pasado miércoles, el ministro interino iraní de Asuntos Exteriores, Ali Akbar Salehí, volvió hoy a advertir que su país no está dispuesto a hablar de su programa nuclear, ya que éste debe ser discutido únicamente con el OIEA.

«No reconoceremos de ninguna manera la negociación si la otra parte quiere hablar de la cuestión nuclear» iraní, dijo en un entrevista con el diario local «Irán».

Por su parte, el representante de la República Islámica ante el OIEA, Alí Asghar Sultaniyé, sugirió que para las grandes potencias se trata de una «última oportunidad».

Además, volvió a insistir en que su país no tiene intenciones bélicas y advirtió que es posible que el Parlamento iraní no acepte ahora un acuerdo para el intercambio de uranio.

«Una vez instaladas las barras de combustible en el núcleo del reactor de Teherán, posiblemente la Cámara no permita al Gobierno negociar de nuevo la posibilidad de enviar el uranio a Turquía o a otros Estados», afirmó el responsable, que acusó a las potencias de falta de cooperación.

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