Los líderes árabes se comprometieron hoy a desarrollar sus países y combatir la pobreza, conscientes de que este problema unido a la crisis de Túnez ha empujado al ciudadano árabe a un estado de ira sin precedentes.
En la II Cumbre Económica Árabe, que se celebró hoy en la localidad egipcia de Sharm el Sheij, junto al mar Rojo, los representantes de los países árabes expresaron su «compromiso total con el desarrollo tecnológico, humano y social para garantizar un futuro mejor» a sus pueblos.
El secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa, aseguró en su discurso de inauguración del encuentro que «la revolución tunecina no está lejos del tema de esta cumbre, que es el desarrollo económico y social».
«No está lejos del espíritu árabe, desanimado por la pobreza, el desempleo y el retroceso general en los índices verdaderos del desarrollo», añadió.
Musa dijo que los árabes no han podido encontrar una solución a la mayoría de los problemas políticos «lo que ha llevado al ciudadano árabe a un estado de ira y desánimo sin precedentes».
En esta cumbre árabe, la primera desde que los disturbios en Túnez forzaran al ex presidente tunecino Zine el Abidine Ben Alí a abandonar el país, hubo divergencias de opinión sobre si la situación del país magrebí debía discutirse en la agenda de trabajo del encuentro o no.
Aunque en una sesión de ministros de Asuntos Exteriores árabes sí se abordó este tema, el titular de Exteriores egipcio, Ahmed Abul Gheit, insistió en que esta reunión era económica, por lo que no debían tratarse asuntos políticos, que centrarán la próxima cumbre árabe prevista para el mes de marzo.
Sin embargo, a pesar de que en la mayoría de los discursos oficiales se evitó hacer referencia a la crisis tunecina, algunos líderes árabes sí expresaron su opinión a los periodistas congregados en Sharm el Sheij.
El emir de Kuwait, el jeque Sabah al Ahmad al Sabah, subrayó que su país «ha seguido con sumo interés la situación que ha vivido Túnez y respeta las opciones del pueblo hermano tunecino».
Al Sabah señaló que Kuwait desea mantener excelentes lazos con el país magrebí y espera que se supere «esta delicada etapa para lograr la seguridad y la estabilidad» y se alcance «un consenso nacional».
Por su parte, el ministro de Exteriores argelino, Murad Medelci, dijo en declaraciones a los periodistas que «lo que sucede en Túnez es un acontecimiento que abre las puertas al pueblo tunecino para contribuir al desarrollo de su patria».
Asimismo, consideró que esta situación debe ayudar a la formación de «nuevas instituciones abiertas a todos los grupos políticos y sociales».
«Los países árabes -continúo- están decididos a responder a las ambiciones sociales de sus pueblos. Argelia, como otros países árabes, afronta un desafío doble: la seguridad alimentaria y la creación de empleo».
La seguridad alimentaria fue uno de los temas tratados en Sharm el Sheij, donde los participantes aseguraron que este asunto «representa una extrema prioridad para los países árabes», según el comunicado final de la cumbre.
Los dirigentes árabes subrayaron la importancia de modernizar los servicios sociales, como la educación o la sanidad, para que disminuyan los índices de pobreza.
En la segunda edición de este encuentro, se acordó, además, lograr la unificación de los aranceles de los distintos Estados antes de finales del 2012, y anunciar la creación de una Unión Aduanera Árabe en el 2015.
Durante la reunión se determinó, además, que el siguiente paso debería ser la creación de un mercado árabe común en 2020.
Los participantes decidieron que la próxima Cumbre Económica Árabe se celebre de aquí a dos años en Arabia Saudí, después de que la primera edición tuviera lugar en Kuwait y la presente en Egipto.
