El nuevo primer ministro egipcio, Essam Sharaf, ha acudido este viernes la plaza Tahrir de El Cairo, epicentro de las protestas que culminaron con la dimisión del presidente Hosni Mubarak, para buscar su «legitimidad» en el cargo y para rendir homenaje a los «mártires» de la revolución.
Sharaf, que ha sido recibido con júbilo por las decenas de miles de personas que se habían dado cita como cada viernes desde hace más de un mes en esta céntrica plaza, les ha prometido que hará todo lo posible por «cumplir sus demandas». «Si no puedo cumplir con mis obligaciones y serviros, entonces me encontraréis ahí abajo con vosotros y no aquí» en un escenario, ha asegurado.
El ex ministro de Transportes, que había ofrecido en su momento su respaldo a las protestas contra Mubarak, ha pedido que se guardara un minuto de silencio por los «mártires» de la revolución y ha elogiado el «magnífico» trabajo realizado por los manifestantes. Asimismo, ha subrayado que las fuerzas de seguridad deben proteger a los ciudadanos.
«Rezo por un Egipto libre, en el que las opiniones puedan expresarse fuera de las cárceles», ha señalado. Al terminar su intervención, Sharaf ha sido sacado de la plaza a hombros de los manifestantes, aunque también iba escoltado.
Sharaf fue designado ayer por el Consejo Supremo del Ejército después de que el primer ministro Ahmed Shafiq, designado por Mubarak poco antes de abandonar el cargo, presentara su renuncia.
Según ha informado el diario ‘Al Ahram’, Sharaf ha acudido a la plaza Tahrir a invitación de los Jóvenes de la Revolución del 25 de Enero, que le habían pedido que se uniera a la protesta que mantienen para exigir que el Ejército siga adelante con las reformas prometidas. De acuerdo con el diario, Sharaf se reunió anoche con un grupo de jóvenes miembros de esta coalición.
