El Mando Central y la División de Judea y Samaria de las Fuerzas israelíes advierten de que no serían capaces de contener una revuelta popular en Cisjordania similar a las acontecidas en otros países de la región. El Ejército sigue de cerca estas revoluciones y modifica su estrategia ante las amenazas de contagio.
Hace aproximadamente un año esta división confeccionó un plan integral de respuesta a manifestaciones multitudinarias en Cisjordania, pero las actuales revoluciones han llevado a ajustar dicho plan de contingencia.
Un oficial cree que en el caso de desatarse manifestaciones violentas, distintas organizaciones tratarán de atacar a las tropas hebreas. Otro compañero de filas declaró que hasta la fecha no se observa un preocupante nivel de fricciones, y estimó que la población palestina todavía está cansada por la segunda Intifada.
Con motivo de mejorar su anticipación, la Inteligencia hebrea rastrea las redes sociales de Internet en busca de contenido sensible y convocatorias de manifestaciones.
Los dirigentes militares aseguran que no tratarán en ningún momento de evitar las concentraciones, por muy numerosas que estas sean, siempre y cuando los manifestantes no traten de entrar en los asentamientos judíos, informa el diario hebreo ‘Haaretz’. En este caso, utilizará gases lacrimógenos y balas de goma, entre otros procedimientos, para dispersar a la multitud.
En los últimos dos años las fuerzas israelíes han consolidado su colaboración con las fuerzas palestinas, pero los oficiales consultados admiten que en una eventual revolución, dicha colaboración se rompería. Por esta razón se buscan nuevos aliados en la sociedad civil. La División de Judea y Samaria prepara también cambios en los procedimientos de actuación de sus efectivos en las protestas.
