BAGDAD, 3 (Reuters/EP)
Al menos 21 personas han muerto y más de 70 han resultado heridas en dos atentados perpetrados de forma aparentemente coordinada en Tikrit, en el noreste de Irak, según han informado fuentes gubernamentales.
La primera explosión, causada por una bomba de carretera, se ha registrado en una mezquita y ha acabado con la vida de 15 personas, además de dejar heridas a 61, según ha informado a Reuters el jefe del Departamento de Salud de la provincia de Salahuddin, Raed Ibrahim.
Horas después, cuando los heridos por la deflagración estaban recibimiento tratamiento médico en el hospital de Tikrit, un terrorista suicida ha detonado el chaleco explosivo que llevaba y ha acabado con la vida de seis personas y ha dejado heridas a diez, según ha informado la Policía.
La primera explosión, que se registró cuando los fieles salían del rezo del viernes en la mezquita, provocó la muerte de un destacado juez provincial y dejó a varios altos cargos del Gobierno local heridos.
Tikrit, que es un antiguo bastión de Al Qaeda, está dominado por la comunidad musulmana suní, que es minoritaria en Irak aunque fue favorecida durante el régimen liderado por Sadam Husein, de esta misma confesión.
El doble atentado de este viernes, registrado en el interior de complejo residencial que perteneció a Husein, se ha producido después de que el jueves la ciudad de Ramadi, en el oeste del país, sufriera un cuádruple atentado que acabó con la vida de seis personas y dejó a 17 heridas.
La violencia en Irak se ha reducido desde que alcanzó su nivel más alto en el periodo de enfrentamientos sectarios en los años 2006 y 2007, aunque los insurgentes todavía mantienen su capacidad para perpetrar ataques con víctimas mortales ocho años después de la invasión estadounidense que acabó con el régimen de Sadam Husein.
Tikrit ha sufrido este año varios atentados que han dejado un elevado número de fallecidos. El pasado mes de marzo, un grupo de hombres armados secuestró el edificio del Consejo Provincial de Tikrit y acabó con la vida de 53 personas tras enfrentarse con las fuerzas de seguridad. En enero, un atentado suicida mató a unos 60 reclutas de la Policía.
Los 47.000 efectivos estadounidenses que aún permanecen en Irak deben abandonar el país a finales de año, según un pacto bilateral que, sin embargo, está abierto a modificaciones. El primer ministro, Nuri al Maliki, ha llamado a todas las facciones políticas a un debate mediante el cual resolverán si conviene una prórroga del despliegue norteamericano.
Varias autoridades estadounidenses y mandos militares iraquíes han apostado por ampliar este despliegue, ya que entienden que es necesario para resolver carencias defensivas y de seguridad del país árabe.
