El Parlamento israelí aprueba una ley que prohíbe boicotear las colonias

El Parlamento israelí aprueba una ley que prohíbe boicotear las colonias

El ministro de Exteriores israelí, Avigdor Lieberman (d), se reúne con el presidente griego, Karolos Papoulias (i) en Jerusalén (Israel). EFE/MINISTERIO DE EXTERIORES DE ISRAEL

EFE/Archivo

El Parlamento israelí aprobó hoy una polémica ley que establece multas a quienes promuevan un boicot económico, cultural o académico a las colonias judías en territorio palestino, sus residentes o sus productos.

En su segunda y tercera lecturas, la iniciativa recibió el apoyo de 47 diputados, frente a 38 que se opusieron.

La ley, tildada de «macartista» y «antidemocrática» por varios diputados en el debate, impone sanciones a los grupos o individuos que «hagan un llamamiento público» al boicot al «Estado de Israel, sus instituciones o el área bajo su control», lo que incluye los asentamientos judíos en los territorios ocupados de Jerusalén Este y Cisjordania, ilegales según el derecho y la comunidad internacional.

El texto aprobado, criticado por numerosas ONG israelíes, señala que las organizaciones que llamen a un boicot de Israel o de las colonias no tendrán derecho a subvenciones estatales ni a que las aportaciones de sus socios sean deducibles.

La mayoría de partidos de la derechista coalición de gobierno votaron a favor de la iniciativa, propuesta por el diputado Zeev Elkin, del partido Likud del primer ministro Benjamín Netanyahu.

Tanto Netanyahu como el titular de Defensa, Ehud Barak, estuvieron ausentes de la votación.

El diputado ultraderechista Aryeh Eldad defendió la ley como una herramienta para acabar con la «explotación en nombre de la libertad de expresión» que se hace para «dañar a Israel».

El principal partido de la oposición, el Kadima (centro-derecha) de la anterior ministra de Exteriores, Tzipi Livni, se opuso al considerar que se trata de una «ley mordaza» que «daña derechos básicos», en palabras de su diputado Shai Hermesh.

«Es la ley más estalinista y antidemocrática» y «propia de la época del gulag» que ha pasado el Parlamento, dijo la diputada Nino Abesadze, de Kadima y originaria de la entonces Unión Soviética.

El diputado árabe Talab El-Sana, de Raam-Taal, habló de una «ley macartista con kipá», el solideo judío, que «supone en realidad un boicot colectivo a quienes piensan de una determinada manera».

«No conozco nada que deslegitime más a Israel en el exterior que estas leyes», dijo Ilan Gilón, de la formación de izquierda Meretz, en referencia a la batería de leyes que recortan la libertad de expresión y otros derechos civiles aprobadas por la actual coalición de Gobierno.

Dov Jenín, del partido judeo-árabe de izquierdas Hadash, ironizó sobre el concepto de boicot: «Se permite que los vegetarianos boicoteen la carne, los religiosos los restaurantes no kosher… solamente los asentamientos no (…) Esta ley convierte en sagrados los asentamientos».

El asesor legal de la cámara, Eyal Yanon, había advertido previamente de que la ley «daña el núcleo de la libertad de expresión en Israel» y algunas de sus partes podrían ser «ilegales».

Tampoco fue suficiente la carta que un grupo de intelectuales israelíes, entre los que se encuentra el reputado escritor Amos Oz, habían remitido a varios legisladores pidiendo su oposición a la ley porque «los asentamientos están fuera de las fronteras del Estado de Israel y, por tanto, son ilegales».

«Todo ciudadano que rechace participar en la criminalidad fundamental de los asentamientos tiene el derecho democrático, sino la obligación democrática, de hacerlo», dice la misiva.

La principal organización pacifista del país, Shalom Ajsav (Paz Ahora) ha anunciado en respuesta que lanzará mañana una campaña nacional para convencer a decenas de miles de personas que apoyen el boicot a los asentamientos.

El veterano activista Uri Avnery, de la organización pacifista Gush Shalom, que promueve activamente el boicot de los asentamientos, cree que se trata de «la ley más draconiana en la historia de Israel».

«Obviamente estoy preocupado. No es una ley hueca y declarativa carente de contenido. Es una ley con sustancia que convierte la dictadura de los colonos en la base de la ley israelí», argumenta Avnery en una entrevista publicada hoy por el diario «Haaretz».

La Asociación de Derechos Civiles de Israel, por su parte, emitió un comunicado tras la aprobación en el que augura un «daño sin precedentes a la libertad de expresión en Israel» y un «justificado criticismo a Israel desde el exterior».

También el liderazgo palestino ha mostrado su oposición a un texto que, a juicio del jefe negociador palestino Saeb Erekat, «envía un mensaje claro de que Israel no está comprometida con la solución de dos Estados» al conflicto de Oriente Medio.

Medios locales apuntaban esta mañana la posibilidad de que Netanyahu retrasase la votación de la controvertida norma para que no coincidiese con la reunión del Cuarteto de Oriente Medio (EEUU, Rusia, la ONU y la UE) que estudia hoy en Washington las posibilidades de lanzar una nueva iniciativa de paz para la región.

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