La mayoría de los municipios israelíes han declarado este lunes una jornada de huelga general, respaldando así las protestas convocadas en todo el país contra la política de vivienda llevada a cabo por el Ejecutivo de Israel. Además, los colonos han mostrado su apoyo a las movilizaciones, si bien han advertido de que podrían favorecer políticamente a la izquierda.
De este modo, las autoridades locales no abrirán sus oficinas ni el Gobierno central podrá contar con sus servicios y la basura no será recogida ni las calles serán limpiadas.
Entretanto, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha redoblado sus esfuerzos para sofocar las incipientes protestas en el país y el tenso clima político originado tras la dimisión del ‘número dos’ del Ministerio de Finanzas, Haim Shani.
Shani ha dejado su cargo debido a escasa organización en la ejecución de las soluciones a la crisis y por sus diferencias con Netanyahu y con su inmediato superior, el ministro de Finanzas, Yuval Steinitz.
En este contexto, el primer ministro israelí convocó ayer una reunión informal del Comité de Concentración Económico para abordar las manifestaciones, pero no se ha tomado ninguna decisión. Netanyahu ha instado a los miembros de su partido a que presenten recomendaciones que enmienden la coyuntura actual para finales de este mismo mes.
Asimismo, Netanyahu ha decidido crear un equipo de ministros y economistas que hablen con los manifestantes en el marco de unos encuentros a los que estarán invitados diversos grupos sociales para escuchar sus demandas y elaborar las pertinentes propuestas.
Este conflicto se ha acrecentado a raíz del cruce de reproches entre el gabinete del primer ministro y el Tesoro israelí, que se opone a los incentivos propuestos por Netanyahu. Entre ellos, las ayudas económicas a las constructoras para que edifiquen en el centro del país y vendan al precio más barato para los consumidores finales y la conversión de oficinas a apartamentos.
El Tesoro asevera que dichas medidas apenas apaciguan las protestas, mientras que la oficina de Netanyahu critica que el Tesoro no haya estudiado debidamente el asunto, según ha informado el diario israelí ‘Haaretz’.
APOYO DE LOS COLONOS
El sector de los colonos israelíes ha mostrado un amplio respaldo a las protestas, pero ha advertido de que la izquierda puede aprovecharse de esta coyuntura para su beneficio político.
Los colonos están de acuerdo en que se reduzca la carga en la población, si bien han apuntado que esto puede constituir un intento de trasladar la agenda política a favor de la izquierda.
El subdirector de Información del Municipio de Yesha, Yigal Dimoni, ha dicho «estar de acuerdo con los principios de la protesta, pero no con sus fines».
La clase media ha resultado herida en los últimos años por el incremento del coste de la vivienda en los asentamientos colonos, por la subida de los impuestos de los vehículos y por la escasez de guarderías en las colonias, ha apostillado.
No obstante, ha continuado, los manifestantes pueden solucionar estos problemas, pero están más pendientes de atacar a Netanyahu. Asimismo, ha señalado que las organizaciones que están apoyando a los manifestantes no están pensando en cómo resolver esta coyuntura. Dimoni ha acusado a «los partidos de la izquierda» de «desatender a la sociedad, la economía (…) y trabajar sólo para la agenda de paz».
