Comparece desde la jaula de los acusados, acompañado por su antiguo ministro del Interior, Habib el Adli, y sus dos hijos, Gamal y Alaa
En camilla y con rostro desencajado, el expresidente egipcio Hosni Mubarak ha entrado en la sala del tribunal encargado de juzgarle.
El fiscal ha acusado al exmandatario de permitir el ataque militar contra los manifestantes durante las protestas del pasado mes de febrero, pero Mubarak ha rechazado los cargos y se ha declarado «no culpable».
Hasta este 3 de agosto de 2011 se desconocía si Mubarak asistiría a la primera sesión de su juicio debido a su delicado estado de salud, según informaron fuentes cercanas al proceso citadas por el diario estatal Al Ahram.
En medio de un gran despliegue de seguridad, Mubarak ha llegado a la Academia de la Policía, en el barrio de Tagamo James, en el este de El Cairo, donde el expresidente egipcio es juzgado después de renunciar el pasado 11 de febrero tras 18 días de protestas.
Previamente a la entrada de Mubarak a la sala del tribunal, habían entrado en el recinto el exministro del Interior, Habib el Adli, seguido por sus asesores, y por los dos hijos de Mubarak, Alaa y Gamal, quienes también serán juzgados por la acusación de planear ataques contra los manifestantes durante la conocida Revolución del 25 de Enero.
En cuanto a los demás acusados, han sido trasladados en vehículos blindados desde la cárcel de Tora, en las afueras de El Cairo, a la Academia de la Policía, que acogió la última reunión entre Mubarak y Adli el pasado 24 de enero, un día antes del comienzo de la revolución.
Tanto Mubarak como sus hijos han negado las acusaciones que recaen contra ellos de abuso de poder e implicación en la muerte de cientos de manifestantes durante las protestas.
«Niego todas estas acusaciones’, ha dciho Mubarak, que respondió a la pregunta del juez Ahmed Refat con un micrófono y en una camilla junto a sus hijos, que permanecieron de pie.
Alaa y Gamal, vestidos de blanco y con un libro en la mano, también se declararon no culpables y repitieron la misma frase que su progenitor.
Los acusados, que podrían enfrentarse a la pena capital si son considerados culpables de planear el ataque contra los participantes en las protestas, en las que fallecieron más de 850 personas, asisten al juicio dentro de unas celdas-jaulas.
Mubarak, pálido pero con aspecto estable, ha comparecido tumbado en la camilla y vestido de blanco. Se ha mostrado tranquilo y ha conversado con sus hijos. El expresidente se encuentra junto a sus vástagos, mientras que Al Adli y sus asesores comparecen en una jaula próxima, situada a la derecha del tribunal.
Según la Fiscalía, Mubarak y Al Adli permitieron a los policías disparar contra los manifestantes y atropellarlos con su vehículos, y no utilizaron sus poderes para prohibir estas acciones.
Asimismo, Mubarak, siendo presidente del país, aceptó para él y sus dos hijos cinco villas y otras propiedades por un valor de 39 millones de libras egipcias (6 millones y medio de dólares) del empresario Husein Salem, detenido en España, a cambio de cederle terrenos privilegiados en la localidad de Sharm el Sheij.
Otro de los cargos que se le imputan es el supuesto acuerdo con el exministro de Petróleo Sameh Fahmi sobre la venta de gas a Israel, por un precio inferior a su valor real en el mercado, a través de una compañía de Salem, que es juzgado en ausencia.
Después de acabar su primera comparecencia, Mubarak permanecerá recluido en un hospital de la Academia de Policía de El Cairo.
Las fuerzas del orden egipcias han adoptado medidas de seguridad sin precedentes para el juicio en El Cairo, donde el exmandatario ha aterrizado tras abandonar en un helicóptero militar el hospital en el que se encontraba ingresado en Sharm el Sheij, junto a la costa del mar Rojo, donde también estaba bajo arresto cautelar desde el pasado 13 de abril.
A pesar del despliegue, la policía no ha podido evitar el enfrentamiento a pedradas entre partidarios y detractores del exmandatario. Según fuentes médicas y de seguridad, al menos 61 personas han resultado heridas.
A este juicio histórico está previsto que asistan sólo 600 personas, que incluyen a periodistas, abogados y familiares de los acusados.
El juez Refat anunció en una rueda de prensa el pasado día 31 que los juicios se celebrarán en sesiones consecutivas y de una manera continua, lo que significa que podrían ser rápidos.
La sesión es retransmitida en directo por la televisión egipcia, única cadena a cuyas cámaras se ha permitido entrar en la sala del tribunal.