Human Rights Watch (HRW) ha instado a la comunidad internacional a garantizar que el presidente de Yemen, Alí Abdulá Salé, rinde cuentas ante la justicia por los crímenes cometidos durante sus 33 años de mandato, a pesar de la inmunidad que le proporciona el acuerdo del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).
«Los líderes internacionales deberían estar al lado del pueblo yemení e insistir en que se persiga a los responsables de los ataques ilegales del año pasado», ha dicho la directora de HRW para Oriente Próximo, Sarah Leah Whitson.
Además, ha recordado que la inmunidad por genocidio, crímenes de guerra, crímenes contra la Humanidad y tortura es contraria al Derecho Internacional y que los firmantes de las Convenciones de Ginebra y de la Convención contra la Tortura están obligados a garantizar que los responsables sean procesados.
HRW ha considerado que la llegada de Salé a Estados Unidos para recibir tratamiento médico por las heridas que sufrió en el atentado del pasado 3 de junio en el palacio presidencial de Saná brinda la oportunidad de llevarle ante la justicia.
«La cuestión no es dónde va a recibir tratamiento médico, sino si los gobiernos van a evitar que Salé y sus colaboradores se libren de rendir cuentas por la muerte de manifestantes pacíficos», ha subrayado Whitson.
HRW ha documentado la muerte de 270 personas durante las protestas antigubernamentales de 2011. Además, calcula que miles resultaron heridas por los disparos de las fuerzas de seguridad yemeníes.
En noviembre, Salé firmó el acuerdo de transición del CCG, por el cual cedió el poder a su vicepresidente, Abd al Rabuh Mansur Hadi, quien ha convocado para el 21 de febrero la celebración de elecciones presidenciales. A cambio, el presidente, su familia y sus colaboradores consiguieron inmunidad.
