PD entrevista a la autora de 'Yo muero hoy. Las revueltas en el mundo árabe'

Olga Rodríguez: «Los servicios secretos y los gobiernos conspiran; pero los pueblos, afortunadamente, a veces también lo hacen»

"Estoy contra las 'bombas humanitarias', llevan a la entrada de más armas en un país y a la prolongación de una guerra"

Olga Rodríguez (León, 1975) ha sido enviada especial de varios medios de comunicación españoles en diversos países, en especial en Oriente Medio y el Norte de África. Ha cubierto sobre el terreno la llamada ‘Primavera Árabe’, de la que ha escrito en su libro Yo muero hoy. Las revueltas en el mundo árabe (Debate, 2012). Tras haber trabajado y colaborado con la Cadena Ser, Cuatro, CNN+, Público y Periodismo Humano, va a participar en ElDiario.es, el nuevo proyecto periodístico liderado por Ignacio Escolar —Ignacio Escolar habla con PD sobre ElDiario.es: «El verdadero hueco está en contar determinadas noticias, no en opinar sobre ellas»–. Olga Rodríguez ha visitado Periodista Digital para hablar sobre su libro y las protestas y los cambios en las orillas sur y oriental del Mediterráneo.

Esa es la pregunta del millón [¿por qué se han producido ahora las revueltas y no varios años antes]. Si supiéramos realmente por qué fenómenos populares de estas características ocurren en un momento y no en otro, habríamos hallado la cuadratura del círculo de la sociología en el mundo. Evidentemente, dicho esto, hay unos porqués. Hay una situación económica que había llegado a situaciones dramáticas en algunos casos, en algunos países.

«En los últimos años en Egipto, el 40% de la población vivía con menos de 2 dólares diarios. Al mismo tiempo se habían producido una serie de recortes en los servicios públicos,  en la sanidad y en la educación que afectó a una gran parte de la población, en el sentido de que, por ejemplo, la Hepatitis C, que es un auténtico drama en Egipto, porque es uno de los países  del mundo con más casos de virus contraídos al año. El tratamiento más básico para tratar la Hepatitis C, ya no lo cubría la sanidad pública. En los últimos años hubo una serie de medidas, de recortes, muy destinadas a reducir el déficit, pero que implicaron otra serie de medidas, siguiendo, además, las pautas de organismos financieros internacionales, como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial».

APOYO DE OCCIDENTE Y RUSIA A LOS DICTADORES

«Esta situación económica, que varía según el país, pero que, desde luego, ha afectado a todos los países de esta región, hizo que mucha gente comenzara a pasar hambre y que no tuviera ya nada que perder. De hecho, los que menos estado en estos países hemos podido presenciar que los que estaban en primera línea aguantando los ataques de las fuerzas de seguridad, que trataban de desalojar manifestaciones pacíficas, eran normalmente chavales pertenecientes a clases muy humildes, que te decían: ‘yo aquí estoy luchando por mi trozo de pan’. Esta situación yo creo que fue la gota que colmó el vaso, en un contexto político, por supuesto, de represión, de dictaduras terribles en muchísimos casos, apoyadas en buena parte de los casos por Occidente, por lo que llamamos Occidente, y en otros casos, como el caso de Siria, por Rusia, la dictadura de Bashar Al-Assad apoyada por Rusia». 

En Egipto mucha gente dice que ya se han deshecho de Mubarak, pero ahora tienen que deshacerse de los ‘mini-Mubarack’ porque la corrupción  había campado a sus anchas en todas las instituciones, en las universidades, en el sector público, en las empresas; es decir, era el modus operandi en el día a día de todo tipo de transacciones y de toma de decisiones.

LA OTAN EN LIBIA, MÁS ALLÁ DE LA MISIÓN INICIAL

«Hay que tener en cuenta que la operación de la OTAN en Libia que, en un primer momento, no fue impulsada por la OTAN. No fue iniciada por la OTAN, pasa a manos de la OTAN posteriormente sin que haya una resolución específica que así lo contemple, que eso ya de por sí fue un poco extraño. Esta misión era con un objetivo claro amparado en esta doctrina, que ahora se ha  puesto tanto de moda, que es la R2P, que es la doctrina que se llama ‘responsabilidad de proteger’. Con el argumento de que había que proteger a una población que corría riesgo de ser atacada por las fuerzas de seguridad de Gadafi, en una ciudad en concreto, se inicia esta operación».

«Una vez que esa ciudad es liberada la operación no termina, la operación continúa a lo largo de los meses, la OTAN toma, claramente, partido por un bando determinado. Eso podría ser contrario, incluso, a la carta de Naciones Unidas en el sentido de que sería violar la soberanía de un pueblo y de tomar partido por un bando determinado, sin que haya una resolución, además, que así lo contemplara. La resolución contemplaba que la misión era liberar a esa ciudad y proteger a esa gente, una vez liberada la ciudad, como digo, continúa la operación a lo largo de los meses».

«Y la operación no termina hasta que no matan a Gadafi; que, además, desde mi punto de vista, eso fue un asesinato extrajudicial y que, como muy bien dijeron todo tipo de organizaciones defensoras de derechos humanos, Gadafi tendría que haber sido sentado en un banquillo y no asesinado públicamente; por muy malo que fuera, como era. Entonces hay una serie de cuestiones en la propia evolución de la operación que, ya de por sí, van más allá de los límites de la resolución de Naciones Unidas».

Por otro lado, yo tengo muchas dudas ante, podríamos decir, las bombas humanitarias. ¿Por qué? Porque pueden servir, y no me cabe duda de que, probablemente, había mucha gente que podía creer en la buena voluntad de esta operación, pero a la larga hemos visto a lo largo de la historia como este tipo de operaciones militares lo que conllevan es la entrada de más armamento en un país, la prolongación de una guerra y, en estos momentos, estamos viendo cómo en Libia entraron muchas armas y, además, posteriormente países como Qatar reconocieron públicamente que habían introducido armas al llamado bando rebelde y, en estos momentos, uno de los grandes problemas es que Libia es un polvorín.

EL TABLERO SIRIO

«En Siria sabemos que Rusia bloqueó todo tipo de resolución y que la excusa además que esgrimió es que en Libia apoyamos la intervención en Libia y resulta que, posteriormente, fuisteis más allá de los objetivos específicos de esa resolución, con lo cuál no nos fiamos. Evidentemente, Siria es un escenario donde hay muchos pulsos entre grandes potencias que se juegan muchos intereses, y en ese sentido, yo creo que también hay que tener en cuenta las demandas de la oposición interna, los comités de la oposición interna del país siempre se han mostrado contrarios a la intervención porque, hay que tener en cuenta, que Oriente Medio es una de las zonas y de las regiones más intervenidas políticamente y económicamente en el mundo».

«¿Eso qué ha supuesto? Que las poblaciones en esta región vean con mucha sospecha todo tipo de injerencia extranjera y de intervención; más aún las intervenciones militares que han dejado países destrozados, como ha podido ser el caso de Irak; y personas de todo tipo de ideología y tendencia siempre han visto con malos ojos este intervencionismo extranjero. Y de ahí las voces de la oposición interna, otra cosa es  la oposición en el exilio que no lo tiene tan claro; pero la oposición interna siempre ha pedido que no  haya una intervención militar extranjera. Y, por supuesto, hay que tener en cuenta que en Siria se juegan muchos intereses y es un tablero de ajedrez muy complejo. Pero yo siempre digo que al margen de imperialismo, al margen de estos pulsos de poder entre potencias extranjeras hay que tener en cuenta los intereses de la población».

Que Siria sea un tablero de ajedrez donde se juegan esos pulsos, no tiene por qué deslegitimar las demandas del pueblo sirio que está pidiendo, en muchos casos, liberad, justicia, el fin de la represión, el fin de la violencia por parte de las fuerzas de seguridad; y esto hay que tenerlo en cuenta porque hay veces que hay ciertas minorías en Europa que parece que todavía están con las ideas de la Guerra Fría y que, como Bashar Al-Assad tenía un discurso verborreico, anti-imperialista, con respecto a EEUU; parece que este era un señor que iba a ser liberador de los pueblos y, ni muchísimo menos. Para empezar era, simplemente, su propia verborrea y nada más. Y en la práctica Siria era una dictadura y sigue siendo una dictadura terrible.

«Yo como periodista además, en Siria he sufrido hasta amenazas de cárcel. Es muy difícil trabajar en ese país. Los servicios secretos y los gobiernos conspiran; pero los pueblos, afortunadamente, también a veces conspiran; y detrás de estas revueltas no ha habido toda una operación estratégica ideada en las oficinas de unos servicios secretos en ningún lugar del mundo, por supuesto. Creo que eso sería absolutamente dar la espalda a todos estos ciudadanos y ciudadanas que se han jugado, en muchos casos, la vida».

Con la colaboración de Marina López.

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Autor

Antonio Chinchetru

Licenciado en Periodismo y tiene la acreditación de suficiencia investigadora (actual DEA) en Sociología y Opinión Pública

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