"Juro por Dios que soy pacífico", suplica uno de los desventurados a la cámara
Es un pequeño y brutal aperitivo d elo que nos espera. Porque la sangre, que corre a raudales desde hace más de un año, tiene visios de convertirse en un inmenso y desesperante mar.
Un rebelde sirio, simpatizante de Al Qaeda, se ha grabado a sí mismo mientras lleva ropa de camuflaje y se le ve disparando contra un grupo de 10 prisioneros desarmados. El vídeo lo ha subido el jueves 29 de diciembre de 2012 a Youtube.
En las imágenes, aparece un joven mostrando el cañón de su arma y enseñando a 10 hombres pegados a la pared de un edificio y a una torre de vigilancia.
Dos hombres no se mueven absolutamente nada, incluso antes de los disparos, y otro tiene el pecho lleno de sangre.
«Juro por Dios que soy pacífico«, suplica uno de los desventurados a la cámara.
Encogiéndose de miedo, pide clemencia a los verdugos.
Mientras, el matarife se aproxima a otro prisionero, se escucha un disparo y el ejecutor muestra satisfecho su brazo ensangrentado.
Poco después, enfoca con la cámara a su fusil de asalto Kalashnikov y descarga una ráfaga sobre los prisioneros.
«Alá es grande. Jabhat al Nusra», grita, en referencia al Frente al Nusra, una facción rebelde que tiene lazos con Al Qaeda.
Cerca de Turquía
El cámara se sube a una camioneta mientras muestra los cuerpos de los prisioneros en el suelo. Uno de ellos mueve un brazo y es rematado por otros rebeldes, mientras su cuerpo tiembla.
Algunos comentarios que acompañan al vídeo aseguran que fue grabado en Ras al Ain, una localidad siria fronteriza con Turquía.
La ONU y varias organizaciones de Derechos Humanos han denunciado que tanto las tropas del presidente sirio, Bashar Asad, como los grupos rebeldes han cometido crímenes de guerra, como torturas o ejecuciones sumarias.