Los Hermanos Musulmanes han prometido que no abandonarán las calles ni sus protestas hasta que Mohamed Morsi sea devuelto a la presidencia que ganó en las urnas.
Y mientras este 7 de julio de 2013 la plaza de Tahrir en El Cairo celebraba con vítores y fuegos artificiales el golpe de Estado, los partidarios islamistas del presidente depuesto marcharon a decenas de miles al cuartel de la Guardia Republicana, donde este se halla a recaudo militar.
El resultado son al menos 42 muertos según los medios oficiales. El ejército dijo que los islamistas trataron de asaltar el cuartel y mataron a un soldado. Los manifestantes aseguran que su marcha era pacífica.
Según la edición digital del diario estatal ‘Al Ahram’, las muertes se produjeron después de que el Ejército y la Policía atacaran a un amplio grupo de partidarios del derrocado presidente Mohamed Murs, que participaban en una sentada de protesta frente a los cuarteles de la Guardia Republicana en Ciudad Naser, en El Cairo, durante las oraciones de madrugada.
En un comunicado, las Fuerzas Armadas señalaron que un oficial murió y seis policías resultaron heridos graves, mientras que anunciaron la detención de «200 agresores, que disponían de grandes cantidades de armas, municiones, armas blancas y cócteles molotov»
Los Hermanos Musulmanes han llamado a una «intifada» (levantamiento) contra «los que quieren robar su revolución» con los carros de combate.