El Airbus 321 ruso siniestrado sobre la península del Sinaí el pasado sábado se fragmentó en el aire a gran altitud, según los funcionarios rusos participantes en la investigación de la catástrofe en la que perdieron la vida las 224 personas que volaban desde Sharm el Sheik a San Petersburgo en un vuelo chárter de la compañía Kogalimavia.
El ministro de Transportes, Maxim Sokolov, explicó que con los pocos datos disponibles aún no se puede determinar la causa de la tragedia.
El Kremlin descarta que pudiera caer a tierra alcanzado por un misil de los fanáticos islámicos.
El carácter de los restos del avión indica que se deshizo a gran altura, según dijo el jefe del Comité Estatal de Aviación, Alexandr Neradko, citado por la agencia oficial Tass.
«La zona donde están esparcidos los fragmentos del fuselaje tiene forma de una elipse alargada de ocho kilómetros de longitud y cerca de cuatro kilómetros de ancho. Todo indica que la destrucción del aparato se produjo en el aire a gran altura», explicó el funcionario al canal de televisión Rossia 24.