La tropas leales a El Asad toman las ruinas históricas

El Ejército sirio expulsa a cañonazos a los terroristas del DAESH de las ruinas de la antigua ciudad de Palmira

Los militares, apoyados por Rusia, aseguran que han arrebatado al ISIS dos tercios de la ciudad

El grupo terrorista, que destrozó varios vestigios de la ciudad histórica, ha perdido la zona monumental y está cerca de ser expulsado del enclave

El ejército sirio arrebató este 26 de marzo de 2016 al grupo terrorista Estado Islámico (EI) el control de las ruinas grecorromanas de Palmira, en el marco de una ofensiva en la que las autoridades aseguran que han recuperado ya el 80 % de esta ciudad.

«La situación es buena en la parte antigua, ya que no ha habido enfrentamientos dentro de ella», dijo a Efe por teléfono el director de Antigüedades y Museos de Siria, Maamún Abdelkarim.

La ausencia de choques en su interior ha hecho que la zona monumental, que es Patrimonio Mundial de la Unesco, apenas haya sufrido daños: «No hubo combates dentro de ese área porque como mucho quedaban unos diez seguidores de Dáesh (acrónimo en árabe de Estado Islámico)», apuntó el responsable.

Abdelkarim explicó que, después de la tom de la ciudadela de Fajr Edin al Maani, del siglo XIII d.C. y que se eleva sobre un monte al este de la urbe, los soldados se abrieron camino hacia el sur hasta las ruinas grecorromanas, que están en las afueras.

Tras hacerse con su dominio, ingenieros de las Fuerzas Armadas han recorrido la parte antigua en busca de posibles artefactos explosivos dejados atrás por los radicales y «ya es un lugar limpio», sentenció Abdelkarim.

El director de las Antigüedades sirias adelantó que tiene intención de trasladarse lo antes posible a Palmira para comprobar el estado de los monumentos.

El EI conquistó Palmira el 20 de mayo pasado y, desde entonces, ha dinamitado tres torres funerarias del siglo I d.C., el templo de Bel, el templete de Bal Shamin y el arco del triunfo. Las autoridades sirias, en colaboración con la Unesco, planean restaurar en breve esos tres últimos monumentos, anunció Abdelkarim.

Mientras, las hostilidades continúan dentro de la localidad de Palmira, donde los soldados controlan ya la mayor parte de su superficie.

Según Abdelkarim, las fuerzas armadas tienen en sus manos el 80 % de la población y «tan solo quedan barrios de la parte oriental en poder de Dáesh».

Por su parte, Talal al Barazi, gobernador de la provincia central de Homs, donde se ubica Palmira, reveló a Efe que el ejército domina 4 kilómetros cuadrados de la urbe, que en total ocupa una área de 4,9 kilómetros cuadrados.

«El progreso está siendo lento, porque Dáesh ha colocado muchos artefactos explosivos y todavía quedan combatientes suyos en su interior», detalló en una conversación telefónica.

Al Barazi indicó que los soldados controlan completamente el distrito de los hoteles y el barrio de Naseriya, en el suroeste. En paralelo, las fuerzas armadas atacan desde el oeste y el norte de Palmira.

«La batalla ahora es calle por calle y hay avances y retrocesos», subrayó Al Barazi, quien señaló que los efectivos gubernamentales bombardean las posiciones de los terroristas.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos afirmó que la resistencia del EI ha comenzado a derrumbarse y sus miembros se están retirando en dirección al pueblo de Al Sujna, dominado por los yihadistas, y hacia áreas al este de Palmira. Los datos de esta ONG apuntan que el ejército controla un tercio de la ciudad.

El ataque actual del ejército coincide con un alto el fuego en Siria entre el Gobierno de Damasco y la Comisión Suprema para las Negociaciones, la principal alianza opositora, del que está excluido el EI.

Palmira no solo es importante por sus ruinas, sino también por su ubicación estratégica, ya que sirve de enlace entre la provincia siria de Deir al Zur -uno de los bastiones del EI- e Irak con los alrededores de Damasco.

Los avances de los efectivos gubernamentales sirios frente al EI en Palmira transcurren en paralelo al desarrollo de una operación a gran escala del Ejército de Irak contra los yihadistas en la provincia de Nínive, cuya capital, Mosul, el principal feudo de los terroristas en el territorio iraquí.

Estos ataques contra el EI se producen después de los atentados del pasado martes 22 en Bruselas, reivindicados por esta organización terrorista y que causaron una treintena de muertos y más de 300 heridos.

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