La sangre llama a la sangre.Las milicias iraquíes, que duranto cuatro espantosos años sufrieron en sus filas y entre sus parientes las atroces torturas de los fanáticos del Estado Islámico, se vengan de los yihadistas que atrapan con brutales asesinatos.
Decapitan, desmembran y arrojan prisioneros vivos desde lo alto de edificios copiando los espantosos actos de los fanáticos yihadistas.
No se respeta ni a los muertos.