Su cuerpo ha sido hallado en plena calle, frente a su domicilio, con las manos y pies fracturados y un profundo corte en la cara

El fundador de los Cascos Blancos aparece muerto en Estambul

El fundador de los Cascos Blancos aparece muerto en Estambul
¿Conoces al fundador británico de los Cascos Blancos?; ha aparecido muerto en Estambul AFP

El caso está abierto. El fundador de los Cascos Blancos, James Le Mesurier, ha sido hallado muerto esta madrugada en la calle, al pie de su domicilio en Estambul. Los Cascos Blancos son una organización privada de protección civil que actúa en las zonas de Siria bajo control yihadista. Le Mesurier, exespía británico y exejecutivo de una empresa de mercenarios, apareció con las manos y los pies fracturados y un profundo corte en la cara, según recoge el autor original de este artículo Jordi Joan Baños en lavanguardia y comparte Ivan Rastik para Periodista Digital.

La policía trabaja con la hipótesis de que se habría suicidado tirándose desde el balcón de su piso, extremo aún no confirmado con autopsia. Su esposa no se habría dado cuenta de nada: “Los dos tomamos pastillas para dormir”, afirmó después de que la policía llamara al timbre. La única llave de acceso al edificio, junto a una de los más hermosos hammams de la zona de Tophane, el de la mezquita de Kiliç Ali Pachá, es la huella dactilar de sus inquilinos.

Algunos medios turcos se han apresurado a desvelar el tratamiento por depresión de Le Mesurier, que fundó los Cascos Blancos precisamente en Estambul en 2013 -aunque cuentan también con una oficina en Ámsterdam y financiación de la UE, del Reino Unido, EE.UU., Emiratos Árabes Unidos (EAU) y otros países.

Hacía apenas una semana que el nombre de Le Mesurier había vuelto a estar en circulación, después de que la portavoz del ministerio de Exteriores de Rusia lo acusara de ser “un espía del Mi6 británico” y de estar en contacto “con terroristas desde la intervención de la OTAN en Kosovo”, en 1999. Luego trabajó en EAU y Yemen. Las invectivas rusas no son aleatorias, sino que coinciden con la ofensiva final de sirios y rusos contra el último enclave yihadista de Idlib. Esta tiene como talón de Aquiles la difusión de bajas civiles por los bombardeos.

El Gobierno de Siria los considera un instrumento de propaganda de los yihadistas

Los Cascos Blancos han estado en el ojo del huracán desde el principio, pero su actividad ha sido mayoritariamente saludada en Occidente por socorrer a miles de víctimas. The White Helmets, un documental británico sobre su labor de apoyo humanitario en las zonas yihadistas fue premiado con un Óscar. Sin embargo, desde el punto de vista del Gobierno de Siria -que cuenta con sus propias unidades de protección civil- se trata puramente de un instrumento de propaganda de los yihadistas que le dan cobijo y de los instigadores de esta larga guerra. Las imágenes de los Cascos Blancos también habrían servido para alimentar las acusaciones de uso de armas químicas por parte de Damasco.

Los Cascos Blancos y el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, con sede en Inglaterra, han sido los dos instrumentos humanitarios más valiosos para Londres en su propósito, compartido con Turquía, EE.UU. y demás países de la OTAN -así como regímenes árabes- de derrocar al régimen laico -pero policíaco- de Bashar Al Asad, aliado de Moscú y Teherán. La trágica muerte de James Le Mesurier coincide con indicios de deshielo entre Ankara y Damasco, con Moscú como mediador, para poner punto final a ocho años de guerra.

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