El primer ministro, Hassan Daib, ha anunciado la renuncia del Ejecutivo

Dimite en bloque el Gobierno de Líbano tras la ola de protestas por la carnicería de la gran explosión en Beirut

La ira se ha apoderado de las calles de Beirut tras la explosión que dejó más de 160 muertos y casi 6.000 heridos

Dimite en bloque el Gobierno de Líbano tras la ola de protestas por la carnicería de la gran explosión en Beirut
Protestas callejeras en Líbano. PD

La presión ciudadana en Líbano en contra del Gobierno tras la devastadora explosión en Beirut la pasada semana ha acabado con el Ejecutivo libanés este 10 de agosto de 2020.

El primer ministro, Hassan Daib, ha anunciado su dimisión y la de todo su gabinete en un mensaje a la nación en el que ha explicado su decisión de ponerse del lado del pueblo contra la «corrupción endémica» que ha gobernado el país en los últimos años.

 «Queremos demostrar nuestra voluntad para un cambio de verdad que convierta al país en uno que respeta a su pueblo y sus leyes. Hoy anuncio la dimisión de este Gobierno. Que Dios proteja a Líbano».

A lo largo de la jornada, varios ministros habían presentado sus renuncias a raíz de la situación tras el incidente que acabó con la vida de más de 160 personas y dejó cerca de 6.000 heridos.

Según el primer ministro saliente, la «tragedia» tras la detonación de las casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio fue «el resultado de una corrupción endémica» presente durante años entre la clase política y la élite del país.

«Los mecanismos de corrupción son más grandes que el Estado», ha aseverado, si bien ha evitado nombrar a quién se refería en su discurso.

El Gobierno, cercado por la furia ciudadana que en octubre de 2019 acabó con el mandato de Saad Hariri, exige llegar hasta el fondo de lo sucedido en el puerto:

«Hoy nos unimos a la voluntad del pueblo al demandar responsabilidades por el desastre encubierto durante siete años».

En los últimos días, miles de libaneses han tomado las calles día tras día para clamar contra la gestión gubernamental de la crisis, que ha agravado la frágil situación económica del país.

Esta presión ciudadana llevó a Daib a anunciar elecciones anticipadas el sábado, apenas siete meses desde que formó su Gobierno, como única vía de salida de la crisis. Una salida que de momento no tiene fecha, ya que el presidente, Michel Aoun, ha pedido al Gobierno que permanezca en funciones tras aceptar su renuncia.

El anuncio de Daib se produce durante el tercer día de protestas y enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía.

Cientos de personas se han concentrado en los alrededores del Parlamento libanés a la espera del mensaje del mandatario, invadidos de ira contra los gobernantes de las últimas décadas.

“No va a funcionar, es la misma gente. Es una mafia“
Los agentes han disparado gas lacrimógeno contra algunos manifestantes, que han arrojado piedras y prendido fuegos, unos incidentes que se han saldado con 45 heridos, según ha informado la Cruz Roja.

Para muchos, la tragedia en el puerto de la capital fue la gota que colmó el vaso en una nación desolada por la crisis socioeconómica y en contra de la gestión de sus gobernantes.

«Todo el régimen tiene que cambiar. Nada será diferente aunque haya otro Gobierno. Necesitamos elecciones rápido», ha declarado a Reuters Joe Haddad, un ingeniero que reside en la capital. Algo que comparte un empleado de una empresa energética que quedó destrozada tras la explosión:

«No va a funcionar, es la misma gente. Es una mafia».

Continúan las pesquisas sobre la explosión

Mientras, las autoridades siguen investigando la explosión registrada en el puerto del Beirut el pasado martes, que provocó una onda expansiva que destrozó unos 300.000 hogares. El fiscal general, Ghassan al Khoury, ha tomado declaración este lunes al director general del Servicio de Seguridad del Estado, Tony Saliba.

La comunidad internacional, organizaciones y el propio primer ministro han pedido una investigación internacional sobre las circunstancias que llevaron a la detonación de las 2.750 toneladas de nitrato de amonio almacenadas desde 2014 en el puerto. Sin embargo, para el presidente libanés, dicha solicitud «tiene como objetivo perder el tiempo, y el Poder Judicial debe ser rápido y, sin apresurarse, confirmar quién es culpable y quién es inocente», según ha informado su oficina.

Casi una semana después de la brutal deflagración que sacudió la capital, sus ciudadanos siguen tratando de recomponer sus vidas, mientras los equipos de emergencia continúan buscando a una veintena de desaparecidos, cada vez con menos esperanza, entre los escombros que invadieron Beirut. Este mismo lunes, el Ejército ha recuperado cinco cádavares, lo que eleva el balance oficial a 163 fallecidos.

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