Irán lanza su primer pulso contra Joe Biden.
El régimen han confirmado este martes la detención de un empresario irano-estadounidense, cerca de una semana después de que su familia denunciara que el hombre había sido sentenciado a diez años de cárcel por espionaje.
El portavoz del aparato judicial iraní, Gholamhosein Esmaili, ha indicado que se trata de «un ciudadano iraní», ya que Teherán no reconoce la doble nacionalidad, y ha incidido en que «había un caso abierto (contra él) por espionaje y recopilación de información».
«No es un caso nuevo. El acusado fue liberado bajo fianza y pretendía abandonar el país, por lo que fue arrestado nuevamente», ha señalado Esmaili en rueda de prensa, según ha recogido la agencia iraní de noticias Mizan.
La familia del hombre, identificado como Emad Shargi, señaló el 17 de enero que llevaba seis semanas sin noticias sobre su paradero y agregó que podría estar detenido en aislamiento. «Emad es el corazón y el alma de nuestra familia», ha señalado en un comunicado.
La detención de Shargi tuvo lugar en medio de las tensiones con Estados Unidos tras la retirada de Washington en 2018 del acuerdo nuclear de 2015 y la muerte en enero de 2020 del jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria, Qasem Soleimani, en un bombardeo en Irak.
Pese a ello, las autoridades iraníes han expresado el deseo de que el nuevo mandatario, Joe Biden (vicepresidente de Barack Obama en el momento de la firma del acuerdo nuclear), pueda impulsar la vuelta de Washington al pacto y la retirada de las sanciones tras su llegada a la Casa Blanca, consideradas por Teherán como condición indispensable para un cumplimiento total de las cláusulas por parte de Irán.
