Terremoto político en Israel.
El líder del partido religioso israelí Yamina, Naftali Bennett, anunció un acuerdo para negociar la formación de un gobierno de coalición que incluye al partido centrista Yesh Atid.
Se trata de un movimiento político en plena tensión internacional (por los conflictos armados contra el grupo terrorista Hamas) para desplazar del poder al primer ministro saliente, Benjamin Netanyahu, del partido conservador Likud.
“Haré todo lo posible para formar un gobierno de unidad con mi amigo Yair Lapid” para poner fin al gobierno de Netanyahu, el más largo de la historia del Estado de Israel, declaró Bennett, tras reunirse con su partido, Yamina.
Tras las declaraciones de Bennett, Netanyahu, quien ha estado en el cargo durante 12 años consecutivos después de un mandato anterior de tres años, arremetió contra el plan, afirmando que una coalición de oposición sería un “peligro para la seguridad” de Israel.
Israel ha celebrado cuatro elecciones legislativas en menos de dos años, ninguna de las cuales logró separar a Netanyahu de sus rivales ni resultó en un gobierno estable.
Tras las últimas elecciones, en marzo, el presidente israelí Reuven Rivlin dio a Netanyahu, cuyo partido Likud (derecha) terminó en primera posición, el mandato de formar un gobierno.
Pero el primer ministro saliente no consiguió reunir los 61 diputados necesarios, de los 120 de la cámara, para formar gobierno.
“Serían las quintas elecciones o un gobierno de unión”, declaró Bennett, quien dijo que no era “posible” por el momento formar un gobierno de derecha “bajo la autoridad de Netanyahu”.