Irán enciende las alarmas internacionales tras multiplica por cuatro sus reservas de uranio altamente enriquecido, por encima del porcentaje permitido
El Organismo Internacional de la Energía Atómica que depende de la ONU reveló que sus tareas de monitoreo en Irán habían sido “seriamente socavadas” después de que Teherán suspendiera algunas de las inspecciones de la agencia sobre las actividades nucleares del país.
La producción de uranio metálico está prohibida por el acuerdo nuclear de 2015 conocido como Plan de Acción Integral Conjunto, o JCPOA, que promete incentivos económicos a Irán a cambio de límites a su programa nuclear, y está destinado a evitar que Teherán desarrolle una bomba nuclear.
En febrero, Irán suspendió algunas inspecciones de la OIEA en respuesta a la negativa de Estados Unidos a levantar las sanciones contra Irán.
“Desde el 23 de febrero de 2021, las actividades de verificación y monitoreo del Organismo se han visto seriamente socavadas como resultado de la decisión de Irán de detener la implementación de sus compromisos relacionados con la energía nuclear” en virtud del acuerdo nuclear de 2015 con las potencias mundiales, dijo la Agencia Internacional de Energía Atómica en su informe.
Irán ha aumentado la cantidad de uranio enriquecido por encima del porcentaje permitido en el acuerdo de 2015, agregó. Según el acuerdo, Irán no estaba destinado a enriquecer uranio por encima del 3,67%, muy por debajo del umbral del 90% necesario para su uso en un arma nuclear.
Las autoridades iraníes incrementaron sus reservas de uranio enriquecido al 60% (muy por encima del límite de 3,67%) de 2,4 kg en mayo a 10 kilos a finales de agosto. El uranio enriquecido al 20% también pasó de 62,8 kilos hasta 84,3 kilos, según el informe de la agencia de la ONU. Esos 10 kilos suponen cuatro veces más de la cantidad almacenada el pasado mayo, según el informe restringido emitido hoy por el OIEA en Viena.
El último informe se produce cuando los esfuerzos diplomáticos para reactivar el acuerdo de 2015 siguen estancados, y Irán advierte que es posible que las conversaciones no se reanuden durante meses.
La agencia de la ONU dispone desde hace un tiempo de pruebas sobre la presencia de huellas nucleares en varias instalaciones, sin recibir de parte iraní explicaciones al respecto. Para esclarecer esta situación, el OIEA había pactado en febrero una agenda de conversaciones con sus interlocutores iraníes, que sin embargo no ha dado los resultados esperados.
Esta falta de transparencia puede constituir una violación de los acuerdos de salvaguardia nucleares de Irán con el OIEA, al margen del acuerdo atómico de 2015. Según ese pacto, conocido como JCPOA (en sus siglas en inglés), Irán no debería tener más de 300 kilos de uranio enriquecido, un material de posible doble uso, civil y militar.