El regreso de Bibi.
El ex primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, volverá al poder luego de que los resultados finales de las elecciones arrojaran que su alianza con los derechistas y ultraortodoxos tengan los escaños necesarios para formar Gobierno.
En los comicios, el partido de Netanyahu, Likud, obtuvo 32 escaños siendo el más votado. Si bien este resultado no es suficiente para gobernar en solitario, si terminará formando Gobierno gracias al apoyo del Partido Sionista Religioso que contará con 14 representantes; Shas, 11 tendrá asientos, y Judaísmo Unido de la Torá, que obtuvo 7 representantes.
La suma de este bloque, conforman los 64 diputados que le permiten a Netanyahu volver a gobernar. La suma de esta alianza de partidos supera la mayoría mínima de escaños mínimos para gobernar en una Cámara que cuenta con 120 representantes. Pese a lograr una cantidad de diputados necesarios para hacerse con el poder, las formaciones sumaron únicamente un 48.36 por ciento de los votos totales.
Lo siguiente para el exmandatario será presentar los resultados de las elecciones al actual presidente, Isaac Herzog. En este encuentro, que sucederá en los próximos días, los líderes de los partidos que obtuvieron representación parlamentaria presentarán a un candidato para el cargo de primer ministro. Para ser elegido, Netanyahu deberá presentar una mayoría simple, 61 apoyos, para recibir el mandato para gobernar.
Además, de este trámite, el líder de Likud deberá elegir a sus ministros que serán miembros de los partidos que conforman el bloque aunque falta por definir los nombres. Sin embargo, no se esperan muchos problemas ya que las toldas se han mostrado en buena sintonía a lo largo de toda la campaña electoral.
Proceso judicial en contra de Netanyahu
Uno de los aspectos más sorprendentes de la contienda es que Benjamin Netanyahu haya ganado pese a estar acusado de fraude, cohecho y abuso de confianza en cuatro casos distintos de corrupción. El líder del Likud asumirá el poder mientras continúa el juicio en su contra.
Durante la campaña, el proceso judicial fue uno de los temas recurrentes. Incluso el Partido Sionista Religioso señaló que avanzaría una reforma judicial que incluyen medidas que beneficiarían a Netanyahu en su juicio.
