Es “un logro más de la gran inventiva española”… “la tostada”; rebanadas de pan (cualquier pan normal, de horno y de consumo diario) que tostadas “en las ascuas de la lumbre” (primero) y hoy en modernos tostadores eléctricos; son un manjar para el desayuno (o cualquier otra comida rápida); concretamente para mí es la mejor de las comidas diarias; puesto que la tomo bien rociada de “aceite de aceituna” (mal llamado de oliva), luego untada con pasta de tomate natural (nunca de conserva) y encima unas láminas de ajo; acompañadas de un vaso de leche caliente con una bolsita de té rojo. Analizado a fondo todo ello, contiene todos los elementos nutrientes que necesita el cuerpo humano… “incluso el medicinal que conlleva el ajo crudo”.
Originalmente y como tantos otros alimentos “ibéricos”, fue uno más de “los de supervivencia” y de aprovechamiento de hasta… “la última miga del pan nuestro de cada día”. Pero a estas rebanadas que son las tostadas, hoy se les “unta” de todo lo que imaginarse pueda; desde grasas animales, hasta patés, miel… o con capas de lonchas de queso, jamón, diminutos taquitos igualmente de jamón o queso, gratinándolas después con una loncha de queso encima… o con anchoas, migas de atún, o caballa en conserva de aceite de aceituna y ya digo… con cualquier alimento sólido o graso, que la inventiva humana pueda idear… siempre con el pan tostado y caliente (nunca de pan de molde), serán una delicia, un alimento nutritivo y lo más importante… económicas por demás, por cuanto… “llenan mucho y cuestan poco”.
No entiendo el que y como otros alimentos de rápida preparación (como la pizza, por ejemplo) no estén ya extendidos por todo el mundo; puesto que y como “el bocadillo español”; ya lo venden con gran éxito en grandes ciudades norteamericanas; por tanto “el mercado internacional de la tostada española será un éxito, cuando algún listo emprendedor inicie su camino internacional”. Y lo será, por cuanto “no es comida basura sino todo lo contrario” y como arriba digo y razono. Es uno más de los muy sanos alimentos de la cocina mediterránea; la mejor del mundo, siempre que se emplee el aceite de aceituna.
Pero entre todas las tostadas, destaca por cuanto es la más completa y sana de todas ellas, la de aceite de aceituna, tomate natural y el ajo crudo; ajo que se puede eludir por aquello de “cierto olor del aliento, pero el que pronto se pierde, por lo que no es algo que quede en la boca de forma perenne” y sin embargo es muy sano, como científicamente se ha demostrado. Y la tostada como el ya célebre “gazpacho”; este tipo de tostada nace en Andalucía, donde se sigue consumiendo enormemente y ya se ha extendido por toda España. Hay antecedentes en la cultura griega, pero con pan sin tostar y por descontado, sin tomate, el que como sabemos, nos vino de América, como la patata, el pimiento y tantos otros alimentos.
Por todo ello, la gran abundancia de “aceiteras de todo tipo”, en mostradores de bares, cafeterías e incluso en los hoteles y restaurantes; aceiteras que el gobierno se quiere “cargar”, por aquello de “la calidad y el cuido del sufrido consumidor”; pero con lo que va a crear más que otra cosa, es el encarecimiento del producto y el cargar con nuevas basuras en forma de desechos la ya muy contaminada corteza terrestre; puesto que la calidad que pretenden defender; dónde se altera o adultera, es en el origen del llenado y donde se produce el fraude; en el despachador final y por la cuenta que le trae, ya se ha concienciado de que hay que tener para el cliente… “el mejor aceite de aceituna que tenga el mercado”; aceite que luce su color y aroma, en los transparentes vidrios de las aceiteras y que por el contrario, desaparece en los envases de plástico, por la opacidad y el cierre hermético de los mismos. Además escanciarse uno al gusto de cada cual, el aceite de aceituna… para el buen degustador (yo lo soy) es un pequeño placer, que incluso estimula el apetito mientras haces “el trabajo” de la elaboración de la tostada que luego vas a comer… “a bocado limpio que es como mejor sabe, bien masticado todo ello y para saborearlo como merece, cosa que igualmente agradecerá el aparato digestivo”.
Pero el afán de controlarlo todo, de dosificarlo, de imponerlo, de tener nuevos pretextos para poner nuevas multas a los ya “asaeteados” dueños de cafeterías y bares (también otros de hostelería) ya sujetos a inspecciones demasiado meticulosas y difíciles de soportar… tendrán que aguantar una más y de paso, algunos no tendrán más remedio que subir los precios de tan ricas y alimenticias tostadas de aceite de aceituna… “que son de las pocas cosas buenas y económicas que le van quedando al esquilmado consumidor español”; el que impotente una vez más, tendrá que tragar con lo que le imponen a la fuerza y sin justificación digna de tenerse en cuenta; puesto que no son sus intereses lo que aquí se defienden. Ni tampoco los del aumento del consumo del aceite, por cuanto el consumidor tiene otras opciones y por aquello de que, “el gusto está en el cambio” y en las tostadas, reitero hay gran variedad.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más: “cuando la desbloqueen”)