Medio siglo de la “subida a la Luna”… ¿Y qué?

Cuando esto escribo; la noche anterior hubo un eclipse parcial del satélite terrestre; que también nos fue anunciado “a bombo y platillo”; pero cuando en el cielo de España, se diera “el fenómeno”; yo estaba plácidamente durmiendo, puesto que me acuesto poco después que el “padre Sol, se marcha camino de América; y deja de alumbrar la costa mediterránea, donde me encuentro”; sin embargo y como de costumbre, poco después del amanecer, lo recibo con gran placer y cuando remonta, las montañas que en el Este lo contienen un breve tiempo, pero en el que se producen esos bellísimos horizontes que ilumina nuestra estrella, cada día diferentes; y que son un reto para los artistas, que de diferentes artes pueden plasmar esas bellezas naturales, las que ya definiera el propio Miguel de Cerbantes Sa avedra , con las lapidarias frases siguientes… “El buen artista imita a la Naturaleza… el malo la vomita”… Y esta mañana se ha mostrado de forma inenarrable y que yo no puedo explicar, debido a la variedad de colores, tonos, sombras, velos, nubes, al fondo el mar y “todo lo demás”.
Pero hoy “el mundo mundial” y todos los intereses materiales, que amparan, “a los modernos panes y circos romanos que el poder mantiene y fomenta”; para seguir manteniendo a las masas entretenidas y de forma enormemente más eficaz, que lo que aquellos romanos, emplearon y que antes Platón, nos escribiera, en el mito de su famosa “caverna”. Por todo ello festejan ese famoso hecho (que lo fue) pero que al propio tiempo, dejó a “los poetas románticos o ñoños”, sin argumentos lunares, de los que tanto abusaron, en esos escritos y músicas, así como demás “literaturas”, que dedicaron durante muchos siglos, a un cuerpo estelar que está desierto y muerto, desde ni se sabe el tiempo; y menos cuando fue creado o formado por esas fuerzas estelares, de las que ni sabemos, “origen y destino”.
Pero hay que continuar dando gloria “al emperador” que costeó el viaje; y de paso, que también se beneficien, “los emperadores y reyes menores”; es el nuevo rito o acatamiento que se hace, con el nuevo grito de… ¡¡Ave César!!
Pero… ¿Pensando profundamente… que hay que festejar?
¡Cincuenta años, medio siglo, toda una vida que muchos ni vivieron!, y ¿para qué? El mundo sigue igual o mucho peor. Sí muchos avances tecnológicos, lo que ha creado una nueva “esclavitud” de los que yo denominé como “apretabotones”; pero analizando a fondo tan largo y “avanzadísimo período de tiempo”; ¿en qué ha mejorado el hombre, “sus sociedades o suciedades”? Sí, hay muchos, muchísimos más ricos pero en mayor proporción también hay muchísimos más pobres; más abandonados, más solos, puesto que las muchísimas más aglomeraciones humanas, el inmenso hormiguero que ya es una ciudad a la que llaman “moderna”; no crea sociedad ni convivencia, lo que crea es soledad; el individuo se aísla y vive solo. Sí; lo han acostumbrado a que se reúna en enormes “festejos”, para que en ellos simplemente “desahoguen sus frustraciones”; pero todo lo que debiera ser prioritario, se abandonó y no se estudia a fondo. Por finalizar tan tenebroso tema; se está envenenando hasta los aún desconocidos mares y océanos; y ya digo, los que dicen gobernar, se les llena la boca de PROGRESO.
Sí¸ aquí hoy no pegan los padres a los hijos; son los hijos los que pegan a los padres, cuando no los abandonan; y hay más putas y ladrones, más degeneración por drogas, alcohol, malos tratos, terrorismo, nuevas guerras y una corrupción que ya rebosa “la estratosfera”; y “dicen que progresamos”, quizá llamen a ello, el que ahora quieren, “ir a sembrar tomates a Marte” ¡¡Con lo que aún hay por hacer aquí en este desgraciado y minúsculo planeta!! Quizá y como dijera aquel a quien crucificaran y del que tanto se habló y habla, habría que repetir aquellas piadosas, pero durísimas palabras… ¡¡Perdónalos Señor… no saben lo que hacen!! Amén.
Yo refiero, contando, lo que nos ocurriera aquella madrugada “lunera” de hace cincuenta años. Yo lo viví aquella madrugada, pero “en carretera”; habíamos ido unos días a bañarnos en las playas de la provincia de Huelva, cerca de Cartaya y cercanos a Portugal; regresábamos felices y contentos; pero cansados; habíamos madrugado pues había que volver al trabajo; entonces; “yo me creía el rey del mundo”; tenía ya casa propia, un flamante “SEAT 1500”; y ganaba (“trabajando más que un negro y como viajante a comisión”) mucho más de lo que necesitábamos para vivir, mi esposa y los tres hijos que ya teníamos; y nos fuimos a aquella parte del Atlántico; pero con nosotros vinieron, otro matrimonio amigo, sus dos hijos y la madre de él; por lo que mi automóvil fue muy cargado, de personas y equipajes; pero “eran otros tiempos y nosotros jóvenes”. El viaje se realizó felizmente; y en aquella noche de regreso, vinimos oyendo por la radio del coche; la retransmisión radiofónica de tan memorable hecho; “que nos importaba un rábano”.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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