No más Mentiras

Antonio García Fuentes

Universo: Unidad, dispersión, destrucción

Universo: Unidad, dispersión, destrucción

Aun cuándo a lo largo de mi ya longeva vida; lo que he vivido, visto, leído y oído; si bien el Universo es uno y en él manda y lo administra al que llamamos “Dios”; pero desde esa mínima unidad pensante y que somos, “los nadas, o monos humanos”; de ella sólo parte o parte de forma mayormente apreciable, la división y la destrucción, que son llevadas hasta el grado máximo de la destrucción, del mismo “nada”; bien suicidándose en solitario o, llevándose consigo todos los que pueda asesinar, caso del terrorismo fanático que padecemos en la actualidad; y el que en realidad, no sabemos, quién y por qué lo mantiene, puesto que es la aberración máxima que puede cometer “el mono humano”; pagando y fanatizando por otros “monos”, a los que me faltan palabras para calificarlos como se merecen. Y digo y reitero lo de “quién y por qué lo mantiene”; sencillamente, por cuanto para mantener a tantísimo parásito asesino y sus cuadros de adiestradores, se necesita mucho dinero; el que por descontado del mismo, no cuentan los que al final, son simples, “desgraciados como carne de cañón”; ¡Pero oh el fanatismo con sus premios de cielos y edenes terrenales!
Como en esos muy profundos “sentires”, sólo encuentro simas infinitas y sabores amarguísimos; busqué y busco constantemente, respuestas que no aparecen nunca y que me convenzan para agarrarme a ellas y proseguir la dura senda o camino, que aguarda, al que se atreve a profundizar en los pensamientos que surgen de su propio “yo”; no necesita el del resto “de monos”; pues por lo arriba escrito, entiende que, “en esos campos, todos estuvieron y siguen estando en ayuno”.
No obstante y leyendo a algunos de los sabios antiguos, encuentro del texto siguiente; el que leído varias veces, lo reflejo en este artículo, por si a otros les sirve para algo; a mí, al menos me sorprende, “esa unidad universal que se desprende de las meditaciones del estoico y el que viviera hace casi dos milenios, donde se nos dice que aquellos antiguos, apenas sabían de lo que era este pobre planeta; y mucho menos, de la inmensidad que había fuera de él; y en la que al día de hoy, “los sabios actuales”, saben un poco, pero a medida que pueden profundizar, más se pierden en esas inmensidades”.
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“Habla” Marco Aurelio y reflexiona así: “¡Que el futuro no te atormente! Si es necesario lo afrontarás con el auxilio de la misma razón que te ilumina en las cosas presentes. Todas las cosas se hallan entrelazadas las unas con las otras, formando un encadenamiento sagrado, y quizá no haya ninguna que se halle independiente de la otra. Todas están subordinadas y su conjunto constituye la belleza del universo que abraza todo, un solo Dios que está en todas partes, una materia elemental única, una ley que es la razón común de todos los seres inteligentes y una sola verdad, del mismo modo que sólo hay un estado de perfección para la criatura del mismo género y para los seres que participan de la misma razón.
Todo lo que es material se confunde pronto con la masa de la sustancia universal; toda causa es absorbida en un instante en la razón universal; todo recuerdo se funde al instante en la eternidad. Para el ser razonable, acción natural y acción razonable son una misma cosa. Si no eres recto, enderézate”.
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Lo que vivimos ahora y puede que en la mayoría de épocas de las que tenemos referencias históricas, no es precisamente la razón entendible como tal, la que rige “al mono humano” de cualquier color y en cualquier latitud; lo que rige siempre es “la razón de la fuerza y no la fuerza de la razón”; por ello todo va mal, o de mal en peor; por cuanto el “citado mono”; lo que pretende, quiere y algunos logran, es, “agarrar la materia, no compartirla con nadie y tratar de conservarla de por vida y luego, pasársela a sus herederos”; aunque sabido es que normalmente, “las herencias casi siempre son destruidas por los primeros herederos, y si por milagro estos conservan algunas, seguro que sus herederos las destruyen, dilapidan y muchos de ellos, terminan en las miserias más espantosas. Y como dice la canción “flamenca” y andaluza… “Que yo he visto torres muy altas, que al suelo, luego han caído”; son sólo unas estrofas de ese profundo sentir, que es “el cante jondo”, nacido y cultivado en Andalucía.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y
http://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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