¡Prepara huevos de chocolate caseros para Pascua sin molde! Una receta tan fácil como divertida, ideal para realizar con niños. Necesitas muy pocos ingredientes y solo un truco muy sencillo.
Los huevos decorados para Pascua tienen una larga tradición. Una de las primeras evidencias de huevos decorados en la historia británica se remonta a 1290, la casa de Eduardo I, compró 450 huevos para colorear o cubrir con pan de oro.
Estos huevos, todavía no eran de chocolate, este alimento llegaría más tarde a España en 1534 gracias a Fray Jerónimo de Aguilar. Un clérigo español que llegó a América con el conquistador Juan Valdivia.
En otro artículo de Periodista Digital preparamos el mejor batido de fresas sin azúcar añadido, hoy unos huevos de chocolate caseros superfáciles.
Historia de los huevos de Pascua
La tradición de decorar huevos de gallina por primavera es muy antigua, la encontramos en distintas culturas alrededor del mundo. Por ejemplo en Irán es tradicional pintar huevos para celebrar su Año Nuevo que coincide con el Equinoccio de Primavera. Es precisamente este equinoccio lo que muchos expertos consideran el punto de partida de esta tradición de los huevos de Pascua.
Antes de que los cristianos celebraran la resurrección de Jesús, existían otras religiones de origen pagano en Europa que celebraban el Equinoccio de Primavera.
Según Time.com, el origen de los huevos de Pascua comienza en la Europa medieval, pero los primeros huevos de Pascua pertenecían a religiones diferentes a la cristiana.
Carole Lavin profesora de historia y directora de un programa de Estudios del Renacimiento de la Universidad de Nebraska, cuenta a la revista TIME: «Que muchos eruditos creen que la Pascua tuvo sus orígenes como un festival anglosajón que se celebraba en honor a la diosa Eostre y la la llegada del la primavera».
Muchas festividades cristianas a menudo tienen vínculos con festividades paganas. Por ejemplo Halloween, por ejemplo, a menudo relacionado con el Día de Todos los Santos que tiene relación con la festividad Samhain que celebraban las culturas celtas.
Este cultura se originó en Europa Central, en una región comprendida entre el Rhin, y el Danubio. Se expandió entre los siglos VIII y I a.C por zonas como Escocia, Irlanda, Francia (Bretaña) y también en la Isla de Man y en zonas de España como Asturias o Galicia.
Volviendo a la diosa Eostre, que tiene mucho que ver con la palabra Pascua en inglés, ‘Easter’. Esta diosa se asocia a la primavera y la fertilidad, dependiendo de los historiadores existen distintas teorías sobre su origen.
Tiene relación con religiones y mitos anglosajones, su nombre no aparece en la literatura hasta el siglo VI, en un libro de San Beda, ‘el Venerable’, (Historia ecclesiastica gentis Anglorum, 735 d C).
Una de las primeras evidencias de huevos decorados en la historia británica se remonta a 1290, la casa de Eduardo I, compró 450 huevos para colorear o cubrir con pan de oro. Una vez decorados los huevos se regaban entre el séquito real para celebrar la Pascua.
En España son tradicionales las ‘monas de Pascua’ sobre todo en la zona Mediterránea, la mona suele llevar un huevo, que a veces es de chocolate.
Los llamados ‘Huevos de Pascua’, son una tradición europea que se celebra en países como Alemania y Holanda. Por ejemplo en Holanda durante el Domingo de Pascua y el lunes es una costumbre esconder huevos de chocolate (esos mismos que encuentras desde finales de febrero en supermercados de origen alemán, como Lidl o Aldi).
Los padres esconden huevos por toda la casa y los niños tienen que encontrarlos. Es una tradición entrañable que poco a poco está entrando en España.
Cómo hacer huevos de chocolate sin molde
Ingredientes
- Huevos frescos – 6 unidades
- Chocolate de cobertura – 390 g
- Miel – 2 cucharadas
- Sal – una pizca
Preparación:
- Con una aguja de coser hacemos un agujero en cada uno de los huevos, luego le damos la vuelta y hacemos otro agujero, para crear vacío en el otro extremo del huevo.
- Este segundo agujero una vez clavamos la aguja hurgamos con cuidado para agrandarlo un poco. Vacía el contenido de los huevos en un táper, tienes para tortilla o para huevos revueltos, (lo aprovechamos todo).
- Los huevos no los podemos usar sin esterilizar ya que la cáscara contiene bacterias. Prepara una olla con agua y lleva a ebullición. Coloca con cuidado tres o cuatro huevos en un colador grande y sumerge en el agua. Deja 15 o 20 segundos los huevos en el agua hirviendo.
- A continuación retira el colador. Recuerda que hervimos los huevos ya vacíos de claras y yemas, solo las cáscaras.
- Repite esta misma operación con todos los huevos, luego con cuidado agita cada uno de ellos por si acaso tuvieran agua.
- Trocea el chocolate de cobertura, puedes cortarlo y luego picar en la picadora, cuanto más pequeño nos quede mejor.
- Prepara un recipiente apto para el microondas y añade el chocolate y las cucharadas de miel. Tapa el recipiente con su tapa o un plato boca abajo. Programa 30 segundos. Deja reposar unos instantes y abre el microondas, remueve y comprueba la textura. Vuelve a tapar el recipiente y ahora programa la mitad, 15 segundos.
- Deja reposar de nuevo unos instantes y abre el microondas, seguramente ya estará fundido, si aún le falta un poco repite de nuevo el proceso anterior. El chocolate se puede también fundir al baño maría, pero en el microondas es más fácil y rápido. Deja que repose un poco el chocolate sin dejar de remover para que no queme mucho y añade una pizca de sal.
- Prepara una manga pastelera o una bolsa tipo Zip de congelar (para usar de manga pastelera improvisada). Introduce el chocolate fundido y corta con cuidado un extremo de la bolsa.
- Rellena uno por uno los huevos con el chocolate. Deja enfriar y en cuanto puedas cubre con papel de aluminio y a la nevera. Deja reposar al menos 3 horas.
- Una vez el chocolate endurezca solo tendrás que cascar un poco el huevo y ¡listos tus huevos de chocolate caseros!
También te puede interesar
Rosquillas de anís de la abuela
¿Te ha gustado la receta de huevos de chocolate sin molde? Síguenos en Facebook , para descubrir nuestras recetas.
