Martina: "Su oratoria populista y deseosa de poder ha llevado a Venezuela al caos"

La bisnieta de Mussolini pone firmes al bocazas de Maduro y le reprocha que llame fascistas a sus opositores

"A esos trabajadores que usted persigue no le interesan las ideologías de derecha, izquierda o centro ¡Tienen hambre!"

La bisnieta de Mussolini pone firmes al bocazas de Maduro y le reprocha que llame fascistas a sus opositores
Martina Mussolini Facebook

Por la boca muere el pez. Y eso lo sabe de sobra Maduro, a quien la bisnieta de Benito Mussolini le acaba de enviar una dura carta desde Italia, harta de que el mandatario bolivariano emplee tanto el término fascistas para referirse tanto a la oposición como a los estudiantes.

El aludido no ha dicho de momento ni mú, y eso que Martina Mussolini no se anda precisamente por las ramas para echarle en cara su nefasta gestión al frente de un país que hace aguas…y sangre.

Martina le relata que ha tenido que dejar Venezuela porqué allí no había futuro «y siento mucho tener que repetirle a mis hijos que no los voy a llevar a conocer los lugares de mi juventud, ya que es una nación demasiado peligrosa».

La carta, publicada en ‘Noticiero Digital‘ queda como sigue y es digna de ser leída:

«Mi nombre es Martina Mussolini y mi abuelo Vittorio era el hijo de Benito Mussolini, fundador del fascismo, término que últimamente usted nombra constantemente.

He entendido perfectamente, por su manera de comportarse, que no sabe muy bien qué es realmente el fascismo, pero tampoco sabe qué es el comunismo; su oratoria populista sin raíz política, sólo oportunista y deseosa de poder, ha llevado a Venezuela en el caos total.

Le escribo desde Italia, donde resido desde hace más de veinte años, pero sobre todo le escribo como venezolana por adopción, ya que aunque yo no haya nacido en Venezuela, sino en Forlì (N. de la r.: Italia), he tenido la suerte de transcurrir mi adolescencia en ese maravilloso país, y en este momento tan difícil mi corazón y mis sentimientos son hacia mis hermanos venezolanos.

He tenido que dejar el País porqué allí no había futuro y siento mucho tener que repetirle a mis hijos que no los voy a llevar a conocer los lugares de mi juventud ya que es una Nación demasiado peligrosa, donde ya no hay respeto por la vida y los que deberían garantizar la justicia muy a menudo son los primeros que la traicionan.

  El estadista que ha sido mi bisabuelo, Benito Mussolini, ha luchado, amado y sufrido por su pueblo y en el momento de su muerte, cuando fue colgado por los pies en Piazzale Loreto, no salió ni una moneda de sus bolsillos! Usted indica como fascistas, impropiamente, a los estudiantes y ciudadanos que manifiestan pacíficamente por una Venezuela libre, segura y con un futuro.

Señor Presidente, aunque usted aplique una política de represión dictatorial que cada vez más le vuelve coautor de crímenes, qué es el fascismo? Quitando la única trágica mancha de las leyes raciales, el fascismo realizó una Italia en cada rincón, creó una identidad nacional, dio escuelas y cultura, construyó fábricas y ciudades, aún con los pocos recursos naturales de Italia, unió a un pueblo.

Cruzó el Mediterráneo llevando nuestra civilización y nuestra cultura en Libia, Eritrea y Somalia, construyó también en esos países carreteras y escuelas, contrariamente a las políticas coloniales de los otros países que se limitaron esencialmente a explotar.

Se entendió que una guerra habría sido dañina y cuando se les pidió ayuda a las naciones democráticas como Francia e Inglaterra, con su negativa, nos lanzaron en los brazos de los alemanes, tuvimos que aceptar para defendernos; escuche los discursos de mi bisabuelo que nombraba a menudo a los alemanes y lo hacía con desprecio.. «gente que ignoraba la escritura…en una época en la que Roma tenía a Cesar, Virgilio y Augusto».

  Señor Presidente, dígame qué es el fascismo que usted nombra en cada discurso? El fascismo es un movimiento político revolucionario que se propone la superación del Estado liberal-democrático y del Estado comunista con una «tercera vía», indicando en esta la construcción de un estado ético-jerárquico fundado en la alternativa corporativa que, eliminando sea la explotación capitalista que la lucha de clases, para crear una Nación y, así, un Pueblo consciente de su propia misión.

Nació en 1919 alrededor de la figura de Benito Mussolini y derivó de lo que quedaba de la «izquierda interventista» después de las batallas de la Gran Guerra, se impuso en Italia mediante el escuadrismo que aniquiló el poder del partido socialista y gracias a un acto insurreccional, la marcha sobre Roma, 27-31 octubre 1922, permitió a su fundador ser designado Primer Ministro.

El fascismo, una vez al poder, tuvo que renunciar a su aspiración republicana y revolucionaria construyendo un «régimen dualístico» donde las prerrogativas monárquicas convivieron por largo tiempo con las instituciones del fascismo de inspiración proletaria.

Después de la caída de Mussolini (25 de Julio de 1943) y la consiguiente rendición sin condiciones del Reyno de Italia, el fascismo regresó al poder por corto tiempo durante el breve período de la República Social Italiana donde pudo volver a adquirir su enfoque republicano y dar comienzo a esa revolución social que desde siempre estaba entre sus mitos fundadores.

Señor Presidente, bien o mal, esta gente ha dejado una marca en la historia, páginas de gloria que citamos con orgullo y páginas de lágrimas que con fiereza del uno y del otro frente evocamos para no olvidar.

Señor Presidente, sabe usted que sobre el fascismo y de su actuación se habla todavía hoy y justamente en la Comunidad Europea, mediante insignes economistas por el progreso y el desarrollo que este tipo de movimiento puede generar?

Si se aplicaran los principios fundamentales del manifiesto de Verona, Europa estaría fuera de la crisis económica; si solo pensamos que el economista ingles M. Shanks, director de la Comisión Europea, que en su libro » What is wrong with the modern world?» traducido:

«Que hay de equivocado en el mundo moderno?» indica justamente el Estado Corporativo de Mussolini, frente a la persistente crisis del liberismo y del marxismo , como único modelo para salir de las contraposiciones vigentes en la Democracia Parlamentaria, concluyendo con: «no hay alternativa, o el Estado Corporativo o el colapso del Estado», esto hace reflexionar profundamente ya que lo afirma un economista de fama mundial en un contexto actual de crisis global!.

Déjeme decir que, a esos estudiantes que usted persigue injustamente, a esas mamás, a esas mujeres, a esos comerciantes, a esos trabajadores, a todo ese maravilloso pueblo que exprime libremente su sentimiento de vivir, como pueblo unido y compacto venezolano, no interesan las ideologías de derecha, izquierda o centro! Tienen hambre! Están cansados de hacer colas interminables por un pedazo de pan, desean poderse curar en su país donde no hay medicinas, están aterrados por una criminalidad en continuo aumento y que no se ve obstaculizada por las fuerzas del orden.

La mayoría de ellos no logra entender su propia condición de extrema pobreza aún viviendo en un país con enormes potencialidades económicas e ilimitados recursos naturales, cosa que Italia no tenía ni tiene.

Las masas oceánicas que invaden las calles venezolanas son solamente venezolanos llevados a la exasperación por un régimen no democrático, corrupto, que fomenta un odio social sin precedentes y que no respeta los derechos humanos; es un crimen, repito es un crimen seguir la guía de un país sin ninguna dirección solo por la codicia del poder.

Doy gracias a Dios cuando escucho a los opositores llamar «hermanos» a los chavistas, cuando veo niños entregar flores a los policías alineados frente a ellos y los muchos mensajes de solidaridad de la gente común de todo el mundo.

Es en este momento que me pregunto dónde está la Comunidad Internacional para intervenir, para aliviar los sufrimientos de un pueblo, adonde están las Organizaciones Internacionales que garantizan la paz, el progreso, adonde están?! El que se cansa, pierde. No me cansaré nunca de dar mi apoyo por una Venezuela libre, unida y en paz.

Martina Mussolini

Cédula de identidad venezolana nro. 81.436.585.

 

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