Lo bueno que tiene el Rey Juan Carlos es que ha vivido tanto y con tal intensidad, que se pasa por el arco de triunfo a todos los gilipollas que ocasionalmente intentan ‘pellizcarle’ (Todo indica que la Reina Sofía y el Rey Juan Carlos solo se juntan para la foto).
Y bastante gilipollas eran estos (La Infanta Pilar: «Mi hermano Juan Carlos I es como una portera, quiere saberlo todo»).
El emérito pasó el fin de semana en Vigo. Galicia se ha convertido ya en su refugio particular (El día en que Don Juan Carlos I acojonó de lo lindo al bocazas de Jaime Peñafiel).
Allí, después de cenar en una taberna típica, acompañado por su hija Elena yunos amigos, tuvo que soportar las pesadas gracietas un grupo de idiotas, alguno bastante pasado de tragos, a las puertas del local (La Reina Letizia comparte mesa y mantel con la Infanta Cristina con la bendición de Juan Carlos y Sofía).
«Viva la República», «¿Qué tal el centollo?», «A tope sin drogas» o «¿Elenita se queda?» fueron algunos de los gritos que escuchó el rey Juan Carlos (80).
«¿Puedo darte un besiño?», le pregunta una mujer quien se interesa por cómo llegó el rey Juan Carlos hasta el centro de Vigo en una noche de noviembre.
«Caminando«, le responde el emérito con una leve sonrisa.
El veterano Rey pasó este fin de semana en Vigo, donde se reunió una vez más con su círculo más cercano, en el que destaca Pedro Campos, patrón del Bribón.
Tal y como muestra un vídeo difundido por El Faro de Vigo, el padre de Felipe VI salió del establecimiento el viernes rodeado de sus guardaespaldas y caminando con dificultad, ayudado por su bastón. A pesar de los gritos, el rey se mostró amable, cercano y charló con los que le demuestran su simpatía:
«Qué campechano», decían.
El rey disfrutó de una «deliciosa cena» y una velada tranquila y «llena de complicidad» con varios miembros de la Asociación Amigos de la Buena Mesa, quienes se reúnen en este lugar de manera habitual.
En los últimos meses, Sanxenxo se ha convertido en el refugio del emérito, que está viviendo su jubilación rodeado de buenos amigos y disfrutando de sus dos grandes pasiones: el mar y la gastronomía española.