Mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular

¡Dormir mucho es también una causa de muerte!

No siempre hemos dormido de un tirón

El riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares es mayor en las personas que duermen más que el habitual promedio de entre seis y ocho horas diarias.

Lo revela un estudio publicado en European Heart Journal.

Los investigadores descubrieron que las personas que regularmente duermen más de 10 horas diarias tienen un riesgo 41 % mayor de sufrir un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular, en comparación con aquellas que se mantienen dentro de la norma.

Asimismo, el estudio determinó que el índice de riesgo asciende a 17 % para quienes suelen dormir de 8 a 9 horas.

No obstante, los científicos reconocieron que la cuestión de las relaciones causa-efecto no ha sido aún dilucidada: hasta el momento no resulta claro si el sueño excesivo es la causa de aquellas dolencias o si es que esas enfermedades, preexistentes, aumentan la necesidad de dormir.

De cualquier manera, el estudio indicó asimismo que los riesgos se incrementan para las personas que acostumbran echar una siesta durante el día, a pesar de haber dormido un tiempo suficiente por la noche.

También señala que las siestas diurnas pueden ser consecuencia de una fatiga asociada con ciertas dolencias que con el tiempo pueden provocar enfermedades graves.

En la investigación participaron 116.632 personas con edades de entre 35 y 70 años y provenientes de 21 países, y cuyos historiales médicos fueron seguidos en promedio por 7,8 años.

CURIOSIDADES SOBRE EL SUEÑO

  •  El cerebro puede encoger si duermes mal 
    Un estudio de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, ha demostrado que cuando se duerme poco de manera continuada o la calidad del sueño no es buena, el volumen del cerebro va disminuyendo. Esta merma tiene una incidencia directa en el lóbulo frontal, temporal y parietal del cerebro, zonas donde residen capacidades tan importantes como el lenguaje, el equilibrio o el tacto, entre otras. Sin duda, es una de las curiosidades del sueño más llamativa.
  • No siempre hemos dormido de un tirón 
    Es una de las curiosidades sobre el sueño que más llama la atención. Antes de la Revolución Industrial nuestra forma de dormir era muy diferente a la que hoy conocemos, la noche se dividía en dos partes y nuestro sueño era fragmentado. En realidad, este modelo discontinuo es propio de los mamíferos y curiosamente, el que tenemos los primeros meses de vida y cuando llegamos a la vejez. El sueño discontinuo consistía en dividir la noche en dos tramos separados. Entre ellos había un espacio de vigilia que podía durar hasta siete horas y era muy valioso. De hecho, estas horas estaban libres de las ocupaciones y distracciones diarias, eran un tiempo que se usaba para llevar a cabo acciones vinculadas con el ámbito privado y la reflexión. Se sabe que hay quienes lo usaban para meditar, orar e incluso comenzó a desarrollarse la interpretación de los sueños. Se dice que fue así porque en este espacio se daba la calma necesaria para percibir cosas más sutiles. Durante un tiempo también se usó como momento idóneo para concebir hijos. Con la invención de la luz empieza a modificarse nuestro modelo de sueño. La noche comenzó a ponerse de moda y pasar horas tumbado en la cama se veía como una pérdida de tiempo. Es en este momento cuando aparecen los turnos nocturnos en las fábricas.
  • Trabajar de noche acorta la vida
    Son muchos los estudios que señalan que un trabajador que permanece 15 años en un turno nocturno, acorta su vida unos 5 años. Y es que se produce un gran desajuste en el ritmo circadiano natural de la persona. Esto le hace tener mayor fatiga, ser más vulnerable a padecer ciertas enfermedades y a envejecer más rápido. Se recomienda que las personas que tienen este horario de trabajo hagan siestas diarias de al menos 30 minutos para compensar.
  • ¿Cuánto tiempo podemos estar sin dormir? 
    En 1977 el libro Guinness de los récords registró que la señora Maureen Weston, de  Cambridgeshire en Inglaterra, permaneció despierta 18 días (449 horas). Al final experimentó alucinaciones y, en la actualidad, está prohibido realizar pruebas de éste tipo por el riesgo que implican para la salud.
  • Dormir poco engorda
    Numerosos estudios han demostrado que aquellas personas que limitan sus horas de sueño presentan niveles bajos de la hormona de la saciedad, la leptina. Así, su sensación de hambre durante el día es mayor. De la misma manera, la hormona Ghrelina, que controla el hambre, aumentará y con su producción nuestro apetito. Así que, si quieres mantener tu peso ideal, empieza a dormir más.

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