Periodista Digital entrevista al autor de 'El sol como disfraz' (Ed. Alfaguara)

Pedro Sorela: «Si los periodistas del ‘porno rosa’ se llaman periodistas, yo quiero llamarme otra cosa»

El escritor analiza el actual mundo de la comunicación desde una visión académica

Periodista, escritor, profesor de universidad y amante de los clásicos y del periodismo literario. Un tipo con un halo de paz que, al margen de imponer, transmite una extraña confianza y empatía. Paciente y con ese punto de curioso tan característico en los comunicadores de la vieja escuela. Sus alumnos le temen. Sus lectores, algunos al menos, le veneran. Pedro Sorela, autor de ‘El sol como disfraz’, presenta su libro y narra entre nostalgia y tenacidad una cáustica y desoladora visión del periodismo actual.

«[La crónica del siglo] en mi novela figura como el periódico más viejo de Madrid, periódico de más de un siglo de historia, que asciende a más del siglo XIX (…) después mucha historia y cierta decadencia asume la dirección en un cambio de propiedad un señor que pasaba por ahí y que se lo dan como regalo de boda porque es el marido de la hija del dueño -procedimiento bastante clásico de acceder a ciertas direcciones de periódico-. Y a partir de ahí se cuenta la historia de un éxito casi inesperado, porque este hombre aplica al periódico (…) cierto sentido común, una mirada limpia, de recién llegado, que limpia el periódico de ciertas retóricas y cierto polvo y lo convierte en algo de éxito».

ANÉCDOTAS VERÍDICAS

«Cuando una de las chicas protagonistas -que se llama Sofía, y que ahora es la redactora jefe de Cultura, tiene 39 años- estuvo en prácticas en una agencia, estaba a cargo del servicio de (…) distribución de fotografías para periódicos de provincias recibe una fotografía de un partido de fútbol. Y dice: «¿Qué de interesante es esta foto? Un equipo de fútbol posando frente a una bola un poco rara, en África, en Angola, año 1974 o 1973. Entonces, mirando un poco mejor la foto se da cuenta de que (…) la pelota es la cabeza de un negro decapitada y los que están jugando al fútbol, se disponen a jugar al fútbol, los que están posando detrás es un equipo de soldados portugueses. Aterrada, es una jovencita que está haciendo sus prácticas, se la lleva al (…) redactor jefe de turno para decirle: «Mira esto» -pensando que bueno, le está llevando la historia, que esto va a ser primera portada mañana- y el redactor jefe pone la foto en el descartes. Y ella no entiende nada y pregunta: «¿No vas a publicarlo?» y entonces el otro le contesta: «¿Pero tú no has oído hablar del Tratado Hispano-Portugués de amistad Hispano-portuguesa entre Franco y Salazar?». Y así fue. Así me pasó a mí.»

«Al día siguiente ya tranquila vuelve a la redacción -bueno, más tranquila- y se encuentra que se están burlando de ella. Tienen un artículo encima de su corcho que dice: ‘España cumple en África su misión civilizadora’ y que su redactor jefe se está burlando de ella junto con otro redactor. Uno de estos esclavos, doblados limpiabotas que hay siempre en las redacciones. Y ella, que ya ha reflexionado sobre el tema le da hasta pena el redactor jefe.»

«Pretende ser una novela sobre periodistas. No la habitual novela sobre periodistas donde los periodistas se van a la guerra, hacen la revolución, destruyen mafias de tráfico de drogas… no, no. Yo quiero contar periodistas hablando de periodismo dentro de los periódicos.»

«Si de pronto se (…) disuelve el parlamento y se convocan unas elecciones, no me importa nada quien va a ganar ni quien va a perder, ni siquiera se dice quiénes son los candidatos. Lo que me interesa es ver cómo reaccionan los periodistas dentro de la redacción. Que eso es lo que normalmente no hacen las novelas de periodistas.»

«EN PERIODISMO LAS MENTIRAS SON EL PRINCIPIO DEL FIN»

«Eso es lo que diferencia a los periodistas del resto de las profesiones de verdad. Un médico miente casi por oficio, es decir, el médico se ve muchas veces obligado a mentir por pura compasión. (…) Un escritor y una prostituta mienten, el escritor miente para encontrar la verdad, eso que se ha dicho muchas veces, la novela es una mentira para encontrar la verdad y la prostituta miente para aliviar la vida de la gente. Y el actor también.»

«El periodista, si miente y lo pillan, se acabó. Ya no hay forma de recuperar ese prestigio. Ya se acabó.»

«Lo de «en el periodismo se asciende por las escaleras y se baja por el hueco del ascensor» se lo escuché yo una vez a un director hace muchos años. (…) Es una frase de la profesión. Y es así. Sería conveniente que los periodistas jóvenes se hagan esa idea y estén preparados para cuando les toque bajar por le hueco del ascensor, tener un plan B.»

CRISIS DE LA PRENSA

«Yo recuerdo que en la universidad estudiábamos las portadas, el arte de las portadas, el atractivo de una portada… y, por supuesto que tiene que ser atractiva una portada, pero a nadie le importa un pito la portada, la gente va a comprar su periódico, que es una cosa que a mí me llama mucho la atención. Porque yo creo que deberíamos comprar los periódicos que nos gustan y los que no nos gustan para saber cómo son los otros. Y también a los que nos gustan deberíamos traer a gente que piensa diferente que nosotros para encontrar otras ideas. (…) La gente no comprende mucho esto. Me parece que -quizás me acusarán de liberal de otra época pero a mí me parece elemental- que en una sociedad civilizada haya contraste de opiniones civilizadas y no civilizadas.»

LA TRANSFORMACIÓN DEL PERIODISMO

«Yo estudié Periodismo y me dediqué al periodismo porque no quería estar en las redacciones. Y, ¿Cuándo fue mi sorpresa? cuando -y, efectivamente, en mis primeros tiempos era a bofetadas con mis jefes porque no quería que me tuvieran en la redacción sino en la calle. Y a veces querían que estuviera en la redacción- a medida que pasaba el tiempo ver que los periodistas no querían salir. Osea que cada vez generaciones más (…) jóvenes lo que quieren es estar en la redacción cortando y pegando. Y eso me parece dramático, y estoy harto de decirlo en clase.»

«El periodista es el que está en la calle, no es otro. No es el que está pegado al teléfono, es el que está viendo las cosas con sus propios ojos.»

«Yo creo que la profesión de periodista es un reflejo muy fuerte de la vida. (…) En teoría, los periodistas estamos muy cerca de donde sucede la Historia, de donde suceden las cosas interesantes. Yo soy un poco escéptico. Con el tiempo he aprendido que no estamos donde suceden las cosas sino en la antesala y que además, raras veces nos dejan pasar.»

«La palabra periodista tiene un problema enorme y es que abarca un rango de actividades enorme. Y yo, personalmente, creo que habría que empezar a subdividir. Personalmente, por ejemplo, si los periodistas del ‘porno rosa’ se llaman periodistas, yo quiero llamarme otra cosa. Es decir, yo no quiero tener nada que ver con ese periodismo. Con ese supuesto periodismo, que no es tal. Y lo digo con autoridad porque también lo he ejercido durante tres meses y todavía vivo el trauma.»

 

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