Esta es una de esas historias que dejan huella, que marcan un poco y te hacen reflexionar. (El Metro de Madrid, el suburbano que todos quieren llegar a ser)
Muy desesperado tiene que estar un hombre para vender en el metro el libro favorito de su hija de siete años.
Eso fue lo que debió pensar Paloma, una joven estudiante que ha conquistado a medio Twitter con su historia, según recoge Marya González en huffingtonpost.
La usuaria ha contado mediante un hilo en la red social -que ha acumulado en pocas horas más de 8.200 me gusta-algo que le ocurrió este domingo en la línea 10 de Metro de Madrid. «Me ha pasado lo más bonito que te puede pasar», ha afirmado emocionada en el primero de sus tuits. (Los comerciantes del Metro de Madrid se hartan de los manteros de Carmena: «No soy racista, pero con mi pan no van a jugar»)
Mientras viajaba en uno de los vagones, entró un hombre pidiendo dinero a cambio de una serie de libros. Cuando la joven se dio cuenta de que uno de los que componían el «catálogo» era infantil, se le partió el corazón.
Por suerte, la chica supo reaccionar a tiempo y lo que hizo te hará recuperar la fe en el ser humano.
Mejor que lo leas tal y como ella misma lo ha contado (Aquí puedes verla completa):
Ha entrado un señor pidiendo dinero para poder pagar la luz de su casa. Casi nadie en el vagón estaba prestandole atención, como suele ser habitual. Yo al principio iba con los cascos y tampoco le estaba escuchando.
— [Paloma] (@palomamaranton) 24 de marzo de 2019
Me he dado cuenta de que estaba dando libros de su casa a cambio de dinero. Me he quitado los cascos para escuchar lo que decía. Si no tenías dinero pero querías un libro porque te llamaba la atención, él te lo daba sin pedir nada a cambio
— [Paloma] (@palomamaranton) 24 de marzo de 2019
Me ha parecido tan bonito que le he dado un euro que tenía en la cartera. Cuando se ha girado para darme las gracias he visto un libro que tenía igual cuando era pequeña y me ha traído un montón de recuerdos.
— [Paloma] (@palomamaranton) 24 de marzo de 2019
Cuando me ha visto el señor me dice, ¿te gusta este? toma, para tí. Y le he preguntado cuantos años tenía su hija. Me ha respondido que 7. Y le he preguntado si no se lo había leído alguna vez.
— [Paloma] (@palomamaranton) 24 de marzo de 2019
Al salir, una señora mayor me toca en la espalda. Me giro con los ojos todavía llorosos y me dice: «Los jóvenes demostrais a los adultos que se equivocan todos los días».
— [Paloma] (@palomamaranton) 24 de marzo de 2019
Y hasta aquí mi historia. Sigo emocionada y todo.
— [Paloma] (@palomamaranton) 24 de marzo de 2019