La eterna relación entre la moda y la comida

La eterna relación entre la moda y la comida
Zapatos, pies, tacones, moda. PD

Los artistas buscan musas en todas partes. No son menos los diseñadores de moda, que cada año deben presentar innovadoras colecciones de ropa y complementos. Sea o no cierto que la inspiración debe pillarte trabajando, como decía Picasso, parece verdad que las influencias de los modistos tienen orígenes muy variopintos. Desde la música a la pintura, de figuras históricas a la naturaleza. Del deporte a la comida. Sí, lo has leído bien: la comida.

¿Pero en qué consiste esa estrecha relación entre las vestimentas y los productos alimenticios? Esa conexión puede encontrarse, en un primer lugar, en las cenefas y elementos decorativos en forma de comida que encontramos en camisas, calcetines y bolsos. Es también el caso de uno de los últimos diseños de Dolce & Gabbana: una mini falda de volantes con estampado de higos. Resultan todavía más habituales las piñas, las fresas y otras frutas.

Es más, según la revista Harper’s Bazaar, los alimentos más trendy de 2018 han sido los plátanos, los aguacates, la sopa ramen y los donuts, siendo este además el protagonista de otro dato muy curioso. El pasado mes de marzo, se presentaron en sociedad unas zapatillas de Dunkin’ Donuts con unos adornos que recordaban a las coloridas rosquillas. Poco después, se agotaron las existencias gracias a la compra por adelantado de los fans más acérrimos de la marca.

Eso ejemplifica muy bien ese vínculo tan estrecho entre las compañías de comida rápida y la ropa. No es nada extraño ver a alguien por la calle con el logo de una de estas cadenas en su camiseta o jersey. Las empresas de alimentación y la industria de la moda saben bien qué logos son los más memorables (McDonald’s, Coca-Cola y Pepsi, entre otros, según un estudio de Siegel & Gale sobre branding) y lo aprovechan para hacer dinero vendiendo merchandising.

La influencia de la comida en la moda también puede ser algo más sutil. Una prenda de vestir no necesariamente tiene que tener sobreimpreso un aguacate para que te haga recordar a ese fruto, sino que te lo puede sugerir simplemente con un color. En 2017, de hecho, el color del año según Pantone fue el llamado Greenery, un verde inspirado en la naturaleza y la comida vegetariana. Este año, también han sido presentados nuevos tonos que recuerdan al color de un tomate o del aceite.

Vestimenta y alimentación se llevan dando la mano desde hace mucho tiempo. En 1937, la diseñadora italiana Elsa Schiaparelli innovó en los estampados con alimentos con la creación del vestido «Langosta», que pasaría a formar parte de la historia. Ochenta años después, Dolce & Gabbana dedicó su colección de Primavera/Verano a la cocina típica italiana: pasta, pizza y marisco. La comida fue además tendencia destacada durante la Semana de la Moda del pasado febrero.

No hay que olvidar la presencia de comida en las sesiones fotográficas. Una de las últimas fue la de Gucci protagonizada por Harry Styles y que llevó al cantante británico a una tienda de fish and chips. Una de las fotos consiguió en su momento el mayor número de ‘me gusta’ que la casa de moda había recibido nunca en Instagram. Además, otras firmas apuestan por tener su propio café, como Burberry, y algunos modistos crean sus diseños con ropa hecha con comida desechada.

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