Se trata de un fenómeno casi universal

Las 10 pifias más peligrosas que cometemos al volante del coche

Las 10 pifias más peligrosas que cometemos al volante del coche
Coches, tráfico, atasco. PD

Los accidentes de tráfico se ceban principalmente entre la población joven y representan la principal causa de mortandad entre personas con edades comprendidas entre los 5 y los 29 años.

Se trata de un fenómeno casi universal.

Los expertos han elaborado la lista de las conductas más peligrosas al volante y que todo ciudadano, independientemente de su edad, debe evitar a toda costa.

1. Hablar por el móvil
Sigue siendo habitual ver a conductores hablando por el móvil sin usar un sistema de manos libres homologado, con la consiguiente falta de atención. Tener una mano ocupada y la cabeza centrada en la conversación con la otra persona -incluso usando manos libres- puede llevarnos a un estado de desatención similar a conducir superando el límite de alcohol permitido. Lo mejor es que no hables por el móvil mientras conduces, y si consideras de gran importancia la llamada, usa alguno de los sistemas homologados que permiten mantener las dos manos en el volante, e incluso párate a un lado de la carretera si la llamada pudiera extenderse.

2. Tomar alcohol o drogas
El consumo de alcohol y drogas está presente en muchos accidentes que tienen como consecuencia la muerte en carretera. La mayoría tienen lugar durante el fin de semana y el perfil suele ser el de una persona joven de entre 21 y 34 años. Los controles de drogas también se han intensificado en los últimos meses, ya que conducir bajo sus efectos es tanto o más peligroso que hacerlo ebrio. Evita el consumo de alcohol y drogas si vas a conducir o deja que sea otro que esté en plenas facultades el que coja el coche. Es mejor llegar más tarde que poner en peligro tu vida y la de los demás usuarios de la vía.

3. Velocidad inadecuada
Es una de las principales causas de accidentes de tráfico. La velocidad debe ajustarse a las señalización y las condiciones de la vía, pero siempre y cuando la climatología lo permita. Un asfalto mojado puede convertir una carretera señalizada con una velocidad máxima de 120 km/h en una trampa mortal. Ten en cuenta que a mayor velocidad, mayor será la distancia de frenado, por lo que aumenta la distancia con respecto a los coches que tienes delante si pisas más el acelerador. No respetar la velocidad puede costarte caro, ya que estudios oficiales demuestran que el riesgo de morir o sufrir lesiones graves en un accidente, aumentan cuanta mayor sea la velocidad a la que circulas.

4.Uso incorrecto del carril izquierdo
Muchos conductores se olvidan de la finalidad del carril izquierdo, que no es otra que la de poder adelantar a los vehículos que vayan más lentos que tú. Utilizarlo correctamente facilita la fluidez de la circulación y evita accidentes y golpes innecesarios, ya que si te mantienes en este carril, el resto de conductores que vayan más rápidos tendrán que frenar, y muchos de ellos realizaran maniobras incorrectas -como no respetar la distancia de seguridad o adelantar por la derecha- si ven que no te apartas rápidamente para dejarles pasar. Este comportamiento es habitual, así que si quieres ahorrarte pitidos y algún que otro insulto, lo ideal es que, una vez hayas adelantado, vuelvas a la parte derecha de la vía hasta el próximo adelantamiento que tengas que realizar.

5. No usar el cinturón de seguridad
Según la Dirección General de Tráfico, el 22 por ciento de los fallecidos en accidentes en carretera no llevaba el cinturón de seguridad puesto. Los datos representan un 50 por ciento menos con respecto al año 2.000, pero sigue siendo necesario que todo el mundo se conciencie y así evitar tragedias innecesarias, ya que una persona que use este sistema de seguridad pasiva tiene cinco veces más posibilidades de sobrevivir a un accidente de tráfico que otra que no lo use.

6. Distraerse con los niños
Es habitual que los padres descuiden en algún momento la atención de la carretera para atender a sus hijos, sobre todo si son demasiado pequeños. Girar la cabeza, mirar lo que están haciendo los niños por el retrovisor e incluso extender la mano para tranquilizarlos puede ser nefasto durante la conducción. Es totalmente entendible que el conductor se ponga nervioso si oye a su hijo llorar, pero lo seguro es parar para ver lo que le pasa o esperar cinco minutos hasta llegar a nuestro destino con seguridad. No sólo está en riesgo tu integridad, sino que un golpe con un menor en el vehículo puede causarle graves lesiones.

7. Conducir con sueño
Es recomendable dormir entre siete y nueve horas, pero no siempre es posible y todos en algún momento pasamos una mala noche. Incluso, aún habiendo dormido lo suficiente, hay horas en las que el peligro de quedarse dormido al volante aumenta -como por la noche o después de comer-. Es recomendable evitar esas horas que ‘alimentan’ nuestro sueño, pero si no te queda más remedio que viajar en estos períodos intenta seguir estas recomendaciones: echa una siesta antes de un largo viaje, toma alguna bebida con cafeína, descansa cada dos horas aproximadamente, mantén el habitáculo con la temperatura óptima -el calor puede incitar al sueño-, haz comidas ligeras y bebe mucho líquido (sin alcohol, por supuesto).

8. No usar los intermitentes
No es raro ver como muchos conductores parecen olvidarse de que su coche cuenta con avisadores luminosos para indicar un desplazamiento lateral. En muchos casos es exceso de confianza porque ‘no viene nadie’, pero en otros son puras imprudencias de personas que han perdido el hábito, debido a la falta de uso durante años. No se trata de señalizar por educación, sino que evitar un accidente puede ser algo tan simple como indicar que vamos a incorporarnos al carril izquierdo al resto de usuarios de la vía, que comprenderán y estarán avisados de nuestra intención.

9. No mirar por los retrovisores
No están ahí puestos por si quieres mirarlos, sino porque es obligatorio su uso antes de realizar cualquier maniobra que implique un desplazamiento lateral, y conviene mirar con frecuencia para comprobar el estado de la circulación que llevamos detrás -distancia del coche que nos sigue o automóviles circulando rápido por la izquierda alos que pudiéramos estorbar si adelantamos en ese momento-.

10. No hacerle revisiones periódicas al vehículo
El coche necesita que, periódicamente, se le haga una puesta a punto. Algunos de sus elementos pueden deteriorarse con el paso de los años y poner en riesgo tu vida en cualquier situación límite -o no- que pueda darse durante la conducción. Aunque pasar la ITV (Inspección Técnica de Vehículos) es obligatorio, no debes ceñirte sólo a eso, sino que deberás ser precavido y hacer las revisiones que recomienda el fabricante, además de cualquier otra en el caso de que notes alguna anomalía en tu coche o lleves un tiempo excesivo sin llevarlo al taller. Los neumáticos suelen ser una de las partes que más se deja de lado. Se debe comprobar su presión al menos una vez al mes, ya que una presión inferior a la recomendada los desgastará más rápido y provocará un mayor consumo de combustible. Su dibujo también es clave, ya que está prohibido circular con una profundidad menor a 1,6 mm.

 

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