Mis Diarios de motocicleta (5)

Las banderas son una de las maneras de decirle al mundo que «No pasarán»

No me gustan las banderas como justificación de la muerte de tantos jóvenes en las Malvinas

Las banderas son una de las maneras de decirle al mundo que «No pasarán»
Diario de un motociclista.

¡12 500 km recorridos en moto en Sudamérica! Llego ahora a Perú y recordando los km recorridos, me doy cuenta de que he visto muchas banderas en Argentina y Chile, he tenido también muchos controles de la policía en el camino (muy amable por cierto, mucho más que en mi país Bélgica) y he visto también muchas más bases del ejército que en Europa.

Entiéndame, tengo 53 años y no tengo antecedentes penales, por lo que cuando veo a la policía, no siento temor. Me gusta también ver banderas en los estadios de fútbol y me siento conmovido por la reacción de la gente que pone la bandera cuando un peligro amenaza su país (me emocionó ver las banderas en Bruselas los días siguientes a los atentados terroristas infames que acabaron con la vida de tantos inocentes. Las banderas son una de las maneras de decirle al mundo que « no pasarán »).

Agitar la bandera con las manos en un estadio, poner la bandera en la ventana cuando tu país se enfrenta a un peligro que acaba en la muerte de inocentes es decirle al mundo: «estamos juntos y venceremos », es un mensaje de unión, un símbolo de fraternidad y de movilización.

Nunca debería ser un acto agresivo. Por ejemplo, no me gustan las banderas como justificación de la muerte de tantos jóvenes en las Malvinas. Tengo mucho respeto y compasión por aquellos que perdieron la vida defendiendo la bandera (ya sea argentina o británica), ninguno por los miembros de los dos gobiernos, confortablemente sentados tras su mesa en la oficina, que enviaron a jóvenes morir por razones dudosas.

Vi muchas pancartas en el Sur de Argentina proclamando que: «Las Malvinas son argentinas ». Puede ser. Para aquellos que han perdido hijos, compañeros, amigos, entiendo perfectamente su sufrimiento. Pero me parece que el mensaje debería ser : ¿« Quién ha matado a mi hijo, compañero, mi amigo, por las Malvinas? ¿Por qué murieron aquellos jóvenes?. Es un mensaje distinto al de «las Malvinas son argentinas». Yo tenía 18 años cuando el poder dictatorial de Argentina decidía enviar su armada a las Malvinas y en aquel momento me parecía algo muy lejano a las preocupaciones que yo tenía. Había razones históricas claras por las cuales Argentina podía pretender que las Malvinas debían ser parte de su terriorio: los británicos invadieron las islas en 1833, Byron tomó posesión de la isla, ignorando que ¡desde 1765 existía una colonia francesa de 27 personas que Bougainville había creado allí antes!. El derecho de los británicos es ilegal desde el inicio, punto y final. Sin embargo, parece que la gente que vive ahora en las Malvinas habla inglés y prefiere formar parte del Reino Unido. Y me pregunto, ¿merecía la pena enviar a tantos jóvenes a la muerte por unas islas perdidas en el océano si sus habitantes no lo habían pedido? ¿Y valía la pena que el gobierno de Margaret Thatcher enviara una armada para recuperar esas islas?. Hubo casi mil jóvenes muertos. ¿Para qué al final?. Un desastre.

Me preocupa el bienestar de la gente, no el color de su bandera. Soy europeo y soy un «fan» de la Unión Europea que tanta gente critica. No debemos olvidar que estamos en el periodo más largo en la historia de esos vastos territorios sin que se hayan enfrentado en una guerra. No hay guerra porque la gente sabe que todos somos Europeos y los jóvenes lo saben más que el resto, sobre todo los que estudian, viajan o viven sin dificultades en otros países de la Unión.

En cada una de las ocasiones que he tenido que atravesar las Andes (seis veces en los últimos dos meses), he visitado las mismas oficinas de cambio, he tenido que rellenar formularios en la aduana, cambiar el abono del móvil, he tenido que recordar que no se puede cruzar la frontera con la mayoría de los alimentos que consumimos a diario, he visto cpmo la gente tenía que pagar impuestos y tasas a la importación por las compras recientemente realizadas… Todo esto es tiempo perdido, crea frustración, es contraproductivo, todo supone un coste y alguien tiene que pagarlo… ¡Esto ha desaparecido en la Unión Europea! Puedo convertirme en el responsable de comunicación de la Unión Europea si me lo piden, porque estoy cansado de ver tanta gente que no aprecia la suerte que tenemos, Hay que reconocer que la gente que trabaja en la Comisión, en el Consejo y en el Parlamento Europeo lo hacen con una pasión que nunca encontré en las administraciones nacionales o regionales. La mayoría de los Británicos no lo han entendido así. Están en su derecho. Tienen derecho a hablar una sola lengua, están su derecho de quedarse solos en su isla, donde la última invasión que sufrieron fue en 1066. ¿No necesitan Europa? Pues «bye bye», que paguen sus deudas para salir de la Unión y «que les vaya bonito».

Espero que los países de Sudamérica adopten un camino similar al iniciado con éxito en Europa hace 70 años, y tal vez algún día las Malvinas serán parte de esta Sudamérica y que los habitantes de estas islas lejanas puedan alcanzar un status especial. Ese día, las banderas nacionales solo se verán en los estadios de futbol. ¡Ojala, me encantan los estadios de Sudamérica llenos de colores y de cantos!

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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