Javier de Paz, presidente de Mercasa, hombre clave en la elección de Moraleda como secretario de Estado de Comunicación

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Javier Valenzuela deja Moncloa

Periodista Digital, Miércoles, 28 de septiembre 2005

El periodista del diario El País, Javier Valenzuela (ahora en excedencia) abandona la Dirección General de Información Internacional de la Secretaría de Estado de Comunicación. Valenzuela, experto en información internacional y antiguo adjunto a la dirección de El País, no hará efectiva su marcha durante esta semana según han informado fuentes de la propia secretaría. Sí lo hará así Miguel Barroso, secretario saliente de Comunicación que, como ya acordó con el presidente José Luis Rodríguez  Zapatero, no agota los cuatro años de legislatura.

El hasta ahora secretario general de Agricultura, Fernando Moraleda será el relevo de Barroso al frente de la Secretaría de Estado de Comunicación.

Con la marcha de Barroso y Valenzuela, permanece sin cambios una tercera pata de la comunicación de Presidencia, la Dirección general de Información del Area de Nacional que seguirá ocupando Julián Lacalle.

Valenzuela, vínculado a la sección internacional de El País como experto en el mundo árabe, ha ocupado la dirección de información internacional desde la llegada del nuevo Ejecutivo. Además de las informaciones y reportajes que ha escrito para El País, Valenzuela publicó en 2002 un trabajo de investigación bajo el título 'España en el punto de mira: la amenaza del terrorismo islámico'.

{ladillo}Javier de Paz, presidente de Mercasa, hombre clave en el nombramiento de Moraleda como gurú de Zapatero{/ladillo}

Según publica ElConfidencial.com, Javier de Paz es el hombre clave en el nombramiento de Moraleda como secretario de Estado de Comunicación. El antiguo secretario general de Juventudes Socialistas, preside hoy la poderosa empresa pública Mercasa. Según el diario online que dirige Jesús Cacho y aunque desde los aledaños del poder se lanzó la idea de que la clave del nombramiento habría que encontrarla en una vieja amistad entre el presidente y su nuevo responsable de Comunicación, lo cierto es que Javier de Paz es quien realmente hace de nexo.

De Paz, gran amigo de Zapatero, es sobrino carnal de Jesús Mancho, un veterano dirigente de la Unión General de Trabajadores (UGT) desde los tiempos de la clandestinidad, y que falleció en 2001. Mancho fue –junto a Manuel Garnacho y Emilio Castro, también ya fallecidos- uno de los mentores políticos y sindicales de Fernando Moraleda, quien a partir de la histórica Federación de Trabajadores de la Tierra de UGT creó la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). Alguien que no tenía ninguna experiencia en el campo –estudio Químicas y siempre había trabajado en gabinetes técnicos- supo levantar una organización prácticamente desde cero. {pag}

El otro personaje clave en el nombramiento es Cándido Méndez, quien mantiene unas relaciones extremadamente cercanas con Zapatero y con Javier de Paz. Moraleda fue uno de los apoyos más resueltos que tuvo el secretario general de UGT en el Congreso extraordinario que lo enfrentó con Manuel Fernández Lito, y que ganó Méndez por un estrecho margen de votos (431 contra 369). Desde entonces, se ha fraguado una intensa amistad entre ambos que va más allá del sindicalismo. Los dos son incondicionales del Real Madrid y a menudo se los ve juntos en el palco del Bernabéu.

Fuentes que conocen bien los entresijos del nombramiento sostienen que la llegada de Moraleda a La Moncloa hay que interpretarla como un intento de dar un perfil más político al cargo. Dicho con otras palabras, se trata de que esté menos contaminado por los plumillas.

Perfil social y sin adscripción a ningún gran medio

El nombramiento de un profesional del ámbito de la comunicación se hubiera observado como un apoyo explícito a la empresa periodística de la que procediera el elegido, por lo que se ha optado por cortar de raíz esa posibilidad y nombrar a alguien del partido con un perfil más social. Máxime cuando en esta segunda parte de legislatura el Gobierno quiere volcarse en este área –algo inédito hasta ahora-, una vez que el cotarro audiovisual parece haberse pacificado.

Este perfil más político y más directo al electorado ya se manifestó en las pasadas elecciones gallegas, cuando Moraleda, como secretario general de Agricultura, aprobó un plan lácteo diseñado para captar votos en el medio rural mediante la distribución de cuota a buen precio. El plan debió tener éxito a la luz del escaso margen de votos que separó finalmente a uno y otro candidato.

Quienes han trabajado con Moraleda codo con codo en sus tiempos de sindicalista le recuerdan como uno de los dirigentes que mantuvieron posiciones más radicales contra los últimos gobiernos de Felipe González, y que dieron lugar a tres huelgas generales contra su política social. Se le consideraba alguien muy próximo a Nicolás Redondo. En la mente de algún sindicalista todavía resuenan los enfrentamientos que mantuvo con el histórico Garnacho –precisamente uno de sus mentores-, quien dentro de UGT representaba la posición más cercana al PSOE, siempre desde una honestidad a prueba de bombas.

Moraleda, de 48 años, encaja perfectamente dentro del recambio generacional que Rodríguez Zapatero quiere trasmitir al PSOE. Curiosamente, uno y otro tienen dos abuelos fusilados tras la guerra civil. El del presidente del Gobierno era el célebre capitán Lozano, mientras que el del nuevo secretario de Estado de Comunicación fue alcalde republicano de un pueblo de Ciudad Real, además de uno de los fundadores de la Federación de Trabajadores de la Tierra de UGT. Las paradojas de la vida nos llevan, incluso, a que el propio Javier de Paz presida la empresa pública Mercasa, que controla los mercados mayoristas, mientras que su tío Jesús Mancho trabajó como descargador en el Mercado Central de Valladolid.