El sevillano Antonio Rodríguez Almodóvar
ganó hoy el Premio Nacional de Literatura Infantil, que concede
Cultura y está dotado con 15.000 euros, con su libro "El bosque de
los sueños", publicado en 2004 por Anaya, aunque él lo considera más
bien "un respaldo a una trayectoria de más de treinta años".
No en vano este escritor nacido en Alcalá de Guadaira (Sevilla)
hace 64 años es autor de más de sesenta obras de literatura infantil
y juvenil, entre las que cabe citar "Cuentos al amor de la lumbre",
"El parlamento de los animales", "Las tres preguntas del Rey",
"Cuentos de la media lunita" o "El hombre que se volvió relativo".
El galardón cogió por sorpresa a Rodríguez Almodóvar, que se
llevó "una gran alegría" porque "estaba totalmente ajeno y no sabía
ni que se fallaba hoy", dijo a Efe, sumamente satisfecho, el autor
galardonado.
En "El bosque de los sueños", "cinco historias que forman una
metahistoria", según el autor, Rodríguez Almodóvar aborda una nueva
faceta en su dedicación a los cuentos de tradición oral: la
recreación literaria a partir de otros tantos relatos pertenecientes
al más antiguo fondo indoeuropeo.
Doctor en Filología y catedrático de Literatura de instituto,
este autor, al que algún periódico alemán ha llegado a calificar de
"el Grimm español", lleva desde mediados de los años 70 recopilando
con su grabadora antiguas y variadas versiones de cuentos españoles
tradicionales, de algunos de los cuales tiene hasta cien variantes,
como es el caso de "Blancaflor".
"Empecé de una manera un tanto casual, cuando estaba haciendo mi
tesis sobre la estructura de la novela y, al ir a referirme a los
cuentos populares, encontré un vacío sospechoso en la literatura
española. Acababan de incorporarse al estructuralismo las teorías de
Vladimir Propp y me fascinó descubrir que todos los cuentos de hadas
tenían la misma estructura interna. Era un tesoro a la vista de
cualquiera y me puse a investigar, pero había que echarse al campo",
explica Rodríguez Almodóvar.
Gracias a Propp y a su teoría de la estructura interna, "pude,
mediante las distintas versiones, recomponer el rompecabezas y
llegar al arquetipo de esos cuentos", señala el autor, que, con sus
"Cuentos al amor de la lumbre" cubrió lo que él llama su etapa
antropológica.
Vendrían luego los "Cuentos de la media lunita", donde tiene
publicados 60 títulos que están traducidos "a todas las lenguas del
estado y entre los que hay algunos tan famosos como "Blancaflor",
"El castillo de irás y no volverás", "Garbancito" o "El gallo
Quirico", y cuyo objetivo ha sido siempre "rehabilitar los cuentos
entre los niños y las escuelas".
"Quedaba, en cierto modo, recrear algunas de esas historias para
hacerlas llegar a los adolescentes, una edad en que se suele perder
el hábito lector", y eso es lo que ha hecho con la obra ahora
galardonada, la cual, añade, "está funcionando bien en institutos".
Rodríguez Almodóvar, que en 1991 fue Premio Infanta Elena de
Literatura Juvenil y en 2004 premio Ateneo de Sevilla de Relato, ha
sacado también este año "El texto infinito" en la Fundación Germán
Sánchez-Ruipérez, con "todos mis artículos y ensayos sobre los
cuentos populares"; y escribe ahora "otros cuatro cuentos más de la
colección de la Media Lunita.
En esta edición, el jurado lo presidió Rogelio Blanco, director
general del Libro, y estuvo compuesto por Gregorio Salvador, de la
RAE, José Ramón Barreiro, de la Academia Galega, Francisca Arregui,
de la de la Lengua Vasca, y Gemma Lienas, del Instituto de Estudios
Catalanes, y Gustavo Martín Garzo, ganador de la última edición,
entre otros.