Hans Küng calificó de «buena» señal las afirmaciones sobre el amor

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La opinión pública católica muestra su apoyo unánime a la encíclica papal

RD, Jueves, 26 de enero 2006
Cuenta Jesús Bastante en Abc que la primera encíclica de Benedicto XVI suscitó ayer reacciones positivas (e inusualmente unánimes) por parte de muy distintos sectores de la Iglesia católica. Desde la corriente «Somos Iglesia» a cardenales y obispos, pasando por teólogos contestatarios como Hans Küng o Juan José Tamayo y representantes de Cáritas, todas las opiniones recabadas reconocieron la importancia de las palabras del Papa acerca del amor y la justicia.

Así, Hans Küng valoró positivamente el tratamiento que hace Benedicto XVI sobre el amor. «Ratzinger ofrece en estilo imparcial un sólido material teológico sobre eros, ágape, amor y caritas sin caer en teorías falsas. Es buena señal», indicó el teólogo suizo, si bien pidió al Papa que, sobre esta base, «tomara consecuencias valientes para las estructuras eclesiásticas y llevara a cabo cambios jurídicos».

De igual modo, el cardenal Karl Lehmann calificó la encíclica de «profundo impulso teológico, espiritual, pastoral y social con el que el Papa nos quiere dar más ánimos para nuestra misión en el mundo de hoy en día». Para el presidente del Episcopado alemán, «Deus caritas est» contiene «un carácter ecuménico radical».

La corriente reformista «Somos Iglesia» vio «signos esperanzadores» en la encíclica de Joseph Ratzinger, que se considera «pone cada vez más en el centro el amor y el perdón en lugar de los preceptos y prohibiciones». No obstante, el grupo instó a valorar si las palabras del Papa «son lo suficientemente concretas» para tener repercusiones duraderas en la sociedad y la Iglesia.

Comprometerse con la sociedad

La segunda parte de la encíclica, dedicada al compromiso social de la Iglesia, fue saludada con emoción por las instituciones benéficas católicas. Así, el presidente de Cáritas Internationalis, Denis Vienot, declaró que el texto papal «constituye un extraordinario llamamiento a comprometerse con la sociedad» y recuerda «que el deber de los católicos es actuar a favor de un orden justo de la sociedad».

Aunque la Conferencia Episcopal convocó para este mediodía una rueda de prensa donde presentará la encíclica a la opinión pública, varios prelados alabaron la profundidad y el estilo de las palabras de Benedicto XVI. «La encíclica denota su sabiduría, profundidad teológica y experiencia del amor», recalcó el arzobispo castrense, Francisco Pérez. Por su parte, el obispo de Málaga, Antonio Dorado, tildó el documento de «canto a la esperanza», destacando las tres actividades básicas desarrolladas por el cristiano a través de la Iglesia: «la proclamación del Evangelio, la celebración de los sacramentos y el servicio de la caridad».

El secretario de la Asociación de Teólogos «Juan XXIII», Juan José Tamayo, valoró «positivamente la compatibilidad entre amor erótico y amor a Dios» inserto en la primera encíclica de Benedicto XVI, aunque subrayó que esta voluntad «queda desmentida por otras actuaciones y afirmaciones de la Iglesia católica».

Finalmente, la profesora de Teoría Política y Pensamiento Social Cristiano en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, María Teresa Compte, aseguró que una de las intenciones de la la primera encíclica de Benedicto XVI es recordar que la atención de la Iglesia «no puede caer en la burocratización». En su opinión «Dios es amor» habla «de la relación de amor que existe entre Dios y cada hombre concreto, real e histórico» y «es precisamente esta experiencia amorosa la que nos lleva a entregar a los demás el amor que recibimos de Dios».