Colectivo de sacerdotes y laicos valencianos critica el “despilfarro” de la visita del Papa

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Altar de 600.000 euros con microclima incorporado para el Papa

RD, Martes, 14 de febrero 2006
“Es un despilfarro que escandaliza”. Con frases como ésta, un amplio colectivo de sacerdotes y laicos valencianos denuncia “la opulencia, la ostentación y la manipulación política” de los preparativos para la próxima visita de Benedicto XVI a Valencia los días 8 y 9 de julio.
 
            En un amplio comunicado, el colectivo de curas y laicos arremete sobre todo contra el arzobispo valenciano, Agustín García Gasco, al que acusan de estar instrumentalizando una visita que, en principio, es de “carácter estrictamente pastoral”.
 
            Por eso dicen que “guiado por una concepción nacional católica, el arzobispado está potenciando una visita que alejará al Papa del pueblo, utilizando unas instalaciones gigantescas y carísimas”.
 
            Y ponen ejemplos concretos. El altar mayor desde el que Benedicto XVI celebrará la eucaristía mide 2000 metros cuadrados y costará 600.000 euros. Entre otras cosas porque “estará dotado de un microclima para liberar al Papa y a los obispos concelebrantes de los calores de julio”.
 
            Otros ejemplos a juicio de curas y fieles de despilfarro son la construcción de un apartamento de 180 metros cuadrados para Benedicto XVI en el palacio episcopal, asi como “la construcción de 3.000 apartamentos para los obispos invitados en el viejo seminario de Moncada”.
 
            Denuncian, además, los firmantes del comunicado que el arzobispo está haciendo frente a todos estos cuantiosos gastos “con la venta, desde hace meses, del patrimonio diocesano e incluso del de las parroquias”.
 
            Para ellos, lo ideal sería que el Papa pernoctase en una residencia religiosa o “en alguna de las habitaciones del palacio arzobispal, perfectamente restaurado a la llegada del actual arzobispo”. Porque, “eso sería un testimonio de conveniente sencillez, en un mundo y en una ciudad en la que mucha gente duerme bajo los puentes y muchos no tienen techo”.
 
            Además de este despilfarro, los curas y laicos firmantes del documento acusan a monseñor García Gasco de haber instaurado en Valencia “una Iglesia oscura, cerrada, recluida en sí misma y solamente abierta a los intereses y a las posiciones sectarias y manipuladoras de la extrema derecha”.
 
            Acusan también al arzobispo de “uso y abuso del poder” y de estar siempre diligente para “atender a los políticos más extremistas”. Y añaden: “Su ciega militancia le llevó a manipular, en los últimos momentos de su enfermedad, al Papa Juan Pablo II, al cual hicieron participar en la demagógica batalla a favor de apropiarse del agua del Ebro, para que sus amigos empresarios pudiesen llenar el país de urbanizaciones y campos de golf, de acuerdo con la especulación más salvaje”.
 
            Dicen asimismo que García Gasco menosprecia a Valencia, de tal forma “que no quiso integrarse ni en la ciudad ni en las comarcas valencianas, ni en la cultura ni tan siquiera en la lengua. De hecho no sabe, después de más de diez años, ni saludar en valenciano”.