El proyecto Kraken

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En busca del calamar gigante

, Martes, 2 de enero 2001
Revista "MAR"
INSTITUTO SOCIAL DE LA MARINA
Jesús M. Salamanca

Un equipo de científicos y técnicos españoles ha grabado durante dos semanas las primeras imágenes del fondo marino abisal cantábrico a la búsqueda del mayor invertebrado, el Architeuthis dux.
El proyecto Kraken, del que se realizará un documental y se llevarán a cabo exposiciones en el Museo Nacional de Ciencias Naturales y Museo del Mar de Vigo, ha grabado más de un centenar de horas en el caladero Carrandi, una fosa abisal situada a 25 millas al NE de Gijón, y aunque no se haya conseguido las imágenes del mítico animal quedó demostrado que el punto elegido para el proyecto es el idóneo puesto que al tiempo que se desarrollaban las grabaciones fue capturado un ejemplar macho de Architeuthis a pocos metros de una de las boyas.

Desde la antigüedad la humanidad ha estado involucrada en constantes retos para conocer mejor lo que nos rodea, principalmente los planetas y estrellas que componen nuestro sistema. Durante la segunda mitad del pasado siglo buena parte de la investigación se dirigió a los viajes espaciales que han dado como resultado la construcción conjunta de la estación espacial y otros avances difíciles de imaginar poco antes. Pero mientras se van logrando retos en las alturas y aprendiendo sobre otros planetas y galaxias se olvidan las profundidades de nuestro planeta, que según los científicos, guardan en la inmensidad de sus abismos oceánicos más especies que todas las hasta ahora conocidas.

No ha sido hasta hace pocos años cuando el ser humano ha sido capaz de sumergirse en el mar con garantías para su vida y ha podido apreciar las maravillas que esconden las aguas. Pero, a pesar de estos avances, poco se conoce de las oscuras profundidades abisales. Este desconocimiento ha dado lugar a numerosas leyendas entre las gentes del mar como el Kraken, voz que los marinos noruegos utilizan para designar al monstruo de las profundidades, que sin duda también estuvo presente en Julio Verne durante el proceso creativo de Veinte mil leguas de viaje submarino.


El calamar gigante o Architeuthis, quien podría negarlo, es un monstruo presente en el inconsciente colectivo de las gentes del mar; y cuando hay un monstruo, es infalible que haya un cazador. En el caso actual los perseguidores del invertebrado más grande del planeta únicamente pretenden aportar luz sobre esta leyenda para que los científicos puedan dar respuestas a preguntas como las que se hace el biólogo Angel Guerra del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo y coordinador científico de la expedición: ¿nada cabeza arriba o cabeza abajo?, ¿es rápido o lento?, ¿cómo usa los tentáculos?, ¿tiene flotabilidad neutra?, ¿cómo le influye la presión?, ¿usa el sifón?, ¿tiene una natación a reacción poderosa?, ¿puede emitir luz?, ¿es solitario o va en parejas?, ¿es voraz?, etcétera. Dar respuesta a alguna de estas preguntas es el objetivo de una expedición científica organizada por Transglobe Films y el grupo de investigación de Ecología y Biodiversidad Marina (Ecobiomar) del Instituto de Investigaciones Marinas que se llevo a cabo el pasado mes de septiembre frente a las costas asturianas.


Por primera vez científicos españoles han llevado a cabo una expedición para grabar como vive en las profundidades marinas los calamares gigantes. El proyecto, bautizado Kraken, en referencia al monstruo marino del folclore noruego parecido a un calamar gigante, realizó una precampaña en septiembre de 2001 para determinar el área de investigación. La campaña llevada a cabo en septiembre de 2002 ha tratado filmar las primeras imágenes de un Architeuthis vivo en su medio natural, ya que todas las investigaciones realizadas por los científicos hasta el momento se han hecho con animales muertos.


En otras ocasiones anteriores se ha intentado su grabación en vivo pero los proyectos han resultado fallidos. El intento más espectacular fue el del Instituto Smithsoniano liderado por Clyde Roper en el cañón de Koikoura en 1999, que no tuvo los frutos deseados pues las cámaras, instaladas en aquella ocasión en los dorsos de cachalotes, su principal depredador, se desprendieron rápidamente. Aquel intento dio el pistoletazo de salida a organismos e instituciones que se han planteado el reto de su grabación en su habitat a los que ahora hay que añadir el proyecto Kraken.


Equipo



El equipo de 20 personas, 13 de ellas investigadores y técnicos y, el resto tripulación, han grabado durante dos semanas a bordo del buque científico Investigador las profundidades del caladero Carrandi situado frente a las costas asturianas.


El responsable de la expedición y miembro de la productora Transglobe Films, Fernando Gonzalez Sitges no ocultó las dificultades que una empresa de estas características conlleva, especialmente cuando se trata de grabar los abismos del mar Cantábrico. Las labores realizadas desde el buque Investigador no fueron fáciles debido a la climatología que dificultó sus tareas y favoreció la perdida de una de las tres cámaras fijas dispuestas mediante un sistema de boyas. El percance supone la perdida de muchas horas de grabación; pero como afirma Fernando González Sigtes, “las más de cien horas grabadas permitirán a científicos conocer que tipo de animales pueblan las profundidades y la realización de un documental”. Otro de los responsables de Transglobe Films, Jorge Linares afirma que “la experiencia ha sido un éxito ya que el material grabado aportará información muy importante a la ciencia. Los problemas técnicos por inesperados no dejan de ser comunes cuando hablamos de trabajar en el mar Cantábrico y utilizando los materiales técnicos a setecientos metros de profundidad y con la presión que esto ejerce sobre los equipos”.


Zona


El caladero Carrandi, situado a 25 millas al NE de Gijón, fue el lugar elegido por los miembros del proyecto, tras su estudio hace un año, y se ha convertido en una de las zonas de faena asturiana más conocidas internacionalmente por su alto interés científico.


Hasta finales de la pasada década los intentos por grabar en su medio al calamar gigante realizados por British Broadcasting Company (BBC), Smithsonian Institution o National Geographic se decantaron por las aguas de Nueva a Zelanda en el profundo valle de Kaikoura cercano a las costas donde se producen ocasionalmente el varamiento de calamares gigantes son en playas, zonas rocosas o flotando en aguas cercanas a la costa y se han avistado con frecuencia ejemplares solitarios de cachalotes, principal depredador del mayor invertebrado.


Por su parte, el caladero Carrandi, como prueban las investigaciones realizadas por Luis Laría, director de la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (CEPESMA) las apariciones de Architeuthis y Taningia son mucho más frecuentes y mayoritariamente son capturados vivos en artes de arrastre. A esto hay que añadir los escasos avistamientos de cachalotes, posiblemente por las dificultades que presentan para éstos las continuas simas del área cantábrica a la hora de localizar a los cefalópodos.


La relación de citas en el caladero asturiano se remontan a principios de los años sesenta, entre las que cave destacar un ejemplar de 250 kilogramos de peso que fue noticia en las paginas del diario La Nueva España el día 11 de julio. Hasta la década de los ochenta son 10 las citas existentes, pero es a partir de 1998 cuando desde CEPESMA se ha documentado exhaustivamente los ejemplares capturados. Desde diciembre de 1999 hasta el presente se han documentado 14 ejemplares. El último un calamar del género Architeuthis macho de 50 kilogramos de peso y 6 metros de longitud capturado a 350 metros de profundidad en las redes de una pareja de barcos arrastreros a escasa distancia del punto donde se estaban instalando las cámaras del Proyecto Kraken.


Material técnico


El reto de captar en imágenes al calamar gigante en su medio natural exigió a los técnicos del proyecto diseñar artilugios capaces de solventar los problemas derivados de la presión y la oscuridad de los abismos. A estos problemas hay que añadir el tipo de luz utilizadas para iluminar la zona en la que grababa la cámara, ya que los focos de 200 w utilizados pudieron atraer a determinadas especies y repeler a otras. Quizá la zona de las cámaras deba estar iluminada por focos y rayos infrarrojos. Otro reto fueron los distintos tipos de cebos que se utilizaron.




Los medios técnicos utilizados por los miembros del equipo para grabar en las profundidades de la fosa abisales han sido tres cámaras submarinas colocadas triangularmente a distintas profundidades, una móvil desde el barco y una quinta incluida en un pequeño submarino que debido al mal tiempo reinante en el Cantábrico durante los 15 días que duró la expedición no pudo utilizarse.


Las cámaras fijas se colocaron unidas por cables de fibra óptica a una boya situadas formando un triángulo equilátero de unos 3700 metros de lado. La primera cámara quedó instalada a 500 metros de profundidad y tras grabar decenas de horas se soltó quizá al romperse el cable que mantenía unida la cámara a la estructura flotante. Una segunda cámara se situó a 650 metros de profundidad y la tercera en la base del cañon a 730 metros. Los técnicos del equipo, utilizando los últimos avances técnicos, crearon un sistema de grabación continua y unas estructuras que aguantaran la presión de las profundidades.


Al gran contratiempo que supuso la perdida de la cámara, miembros del equipo señalaron los quebraderos de cabeza que produjo un poro, situado a unos 100 metros de profundidad, en el cable de fibra óptica de una de las cámaras que producía constantes cortes de emisión al permitir filtrarse el agua desde ese punto hasta la estructura donde se encontraba la cámara a más de 700 metros de profundidad.


Para atraer al calamar gigante se utilizó atractores, químicos, luminosos y sonoros similares a los que producen especies marinas que suelen ser presas de los cefalópodos. A estos se añadió los preparados por José Castro, campeón de pesca deportiva en nuestro país, a base de sangre, harina, aceite de pescado y vainilla.


Imágenes


De las especies que aparecen en las imágenes obtenidas se puede deducir la cadena trófica del calamar gigante; ya que, como afirma Angel Guerra, en la zona entre aguas, donde ya no hay luz (50 a 60 metros de profundidad), se han captados principalmente bancos de bacaladilla, sajitas, un beroe con largos tentáculos y mictófidos como el pez hacha.


Los fondos grabados por las cámaras a profundidades entre los 420 y los 700 metros son de dos tipos principalmente: limosos y de arena y piedra (ésta quizá de origen volcánico). En estas profundidades los cebos orgánicos atraían cangrejos nadadores y gambas pequeñas de profundidad, y especies de peces abisales como brotola, cherna (Prolypium-americano) de medio metro de longitud y tiburones bentónicos cercanos al metro de largo. También aparece en las imágenes calamares y potas de 20 a 30 cetímetros.


Con esta información y los análisis realizados al último calamar gigante capturado en una zona muy cercana a la explorada por la expedición, que mostraron restos de bacaladilla en su interior, se puede pensar que la cadena alimentaria del Architeuthis se basa de bacaladillas que se alimentan a su vez de mictófidos como el pez hacha que cuenta con órganos luminosos.


Conclusiones


Los responsables del proyecto no dudan que la quinta expedición realizada para grabar al Architeuthis dux en su medio natural, tras las realizadas por National Geographic y el Smithsonian Institution, ha sido un éxito a pesar de no haber podido realizar su objetivo. El equipo espera que la repercusión de la expedición en los medios de comunicación y en la comunidad cientéfica tanto nacional como internacional permita llevar a cabo otra expedición a finales del proximo verano en el caladerao Carrandi para grabar al invertebrado. Con la experiencia técnica obtenida en la presente expedición no dudan que grabaran la leyenda las profundidades.


Architeuthis dux


En el reino animal el calamar es un invertebrado del tipo molusco y de la clase cefalópodo. El calamar tiene la cabeza grande y su cuerpo es esférico con dos aletas lateralesEn torno a la boca hay ocho tentáculos con ventosas y dos contráctiles con el extremo ensanchado y aplanadoLos tentáculos contráctiles, más largos que el resto, son prensiles y se usan para atrapar a la presa y llevarla hacia los tentáculos más cortos, que la sujetan mientras es desgarrada por una poderosa mandíbula en forma de pico curvado.

En el macho, de acuerdo con las investigaciones de un ejemplar recientemente capturado, uno de los tentáculos pequeños esta modificado para depositar un paquete de experma en el oviducto de la hembra. En algunos calamares las hembras fijan los huevos sobre algas o en el suelo oceánico mediante un filamento viscoso. Parece ser que los huevos de los calamares gigantes abisales flotan libremente. Las cantidades de huevos que expulsan las hembras son cercanas a los 300.000. Esta elevada cantidad es para compensar el escaso ciclo reproductor,una sola vez, ya que la muerte de este cefalópodo se produce después de la reproducción.

En lo relativo a su tamaño varía dependiendo de la especie; así el calamar común de las costas orientales del Atlántico norte mide entre 30 y 40 centímetros de longitud y el calamar gigante puede alcanzar una tonelada de peso. El proceso de crecimiento de los calamares gigantes es calificado por Angel Guerra, biólogo del Centro Superior de Investigaciones Marinas de Vigo, de fantástico, ya que en sus cinco años de vida pasan de unos milímetros de longitud, tamaño de los huevos de una hembra madura, a alcanzar los 20 metros y los mil kilogramos de peso. Este espectacular crecimiento se debe a que el calamar gigante no está capacitado para reciclar los metales pesados, como lo hacen otros seres. Mientras que un organismo como el nuestro desarrolla vísceras encargadas de eliminar la mayor parte de los productos tóxicos que ingerimos y podemos alcanzar edades longevas, los calamares gigantes no superan los cinco años de vida pero invierte todas sus actuaciones en el crecimiento. Los tentáculos del calamar gigante son casi cuatro veces más largos que su cuerpo.

Entre las características de este cefalópodo está la de poder nadar a mayor velocidad que el resto de los invertebrados expulsando agua de la cavidad del manto a través del embudo musculoso. Muchos calamares de las profundidades oceánicas son bioluminiscentes y en sus esfuerzos queman proteínas y no grasas. Debido a este proceso incorporan amoniaco en sus músculos, que les proporciona flotabilad neutra, beneficiando y ahorrando energía sus movimientos, y hace que sean tóxico para el consumo humano. Estas especies se encuentran diseminadas por varios puntos del planeta. Hasta finales de los años noventa el área principal se había ubicado en las costas de Nueva Zelanda, concretamente en el cañon de KoiKoura. Es a partir de 1998 y a través de la labor de CEPESMA, que ha recopilado datos y ejemplares, cuando se manifiesta la importancia del caladero de Carrandi para las organizaciones e instituciones que se han planteado el reto de grabar a estas criaturas de las profundidades en su habitat.

Las citas de architeuthis en Asturias alcanza las sesenta en los últimos cuarenta años. Según aparece en el diario la Nueva España con fecha de 11 de julio de 1969 unos pescadores deportivos de Oviedo recogieron en la localidad de Luanco el más grande de cuantos se han registrado en las costas asturianas hasta la fecha. El ejemplar pesó, de acuerdo con la información, 250 kilogramos. Desde entonces hasta finales de los años noventa ha habido numerosas capturas de calamares gigantes entre las que hay que destacar por su importancia, de acuerdo con los expertos, la captura de un ejemplar de Taningia danae de 30 kilogramos de peso en el caladero Carrandi. El calamar era un macho maduro en el que se pudo observar el ógano copulador, que permitió avanzar en el conomimiento de la reprosucción de la especie. Hace escasas fechas y a escasa distancia donde estaba situadas las cámaras sumergidas instaladas por el equipo del proyecto Kraken fue capturado a unos 350 metros de profundidad un calamar macho de 50 kilogramos y 6 metros de longitud del género Architeuthis. Su disección mostró que, como en el caso de los Taningia danae, los machos tienen un tamaño mucho menor que la hembra y que también cuenta con órgano copulador.


CEPESMA


La Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (CEPESMA) desarrolla una importante labor de concienciación y divulgación del ecosistema marino. Para ello cuenta con el Centro de Recuperación y el Aula del Mar.


El centro pretende la reintegración a su medio, en el menor tiempo posible, de aquella especie tratada, teniendo en cuenta que el manejo de especies silvestres por el ser humano puede troquelar su comportamiento.


El centro, que cuenta con un equipo formado por veterinarios, biólogos y naturalistas, es uno de los pocos puntos de nuestro litoral dedicados a la recuperación de especies marinas que por su precario estado precisan atención. Para ello CEPESMA cuenta entre sus instalaciones con una piscina cubierta de 20.000 litros, un compartimiento estanco de 4.000, una sala de curas, otra de necropsias y un voladero de 50 metros cuadrados para aves.  Además, cuanta con diverso material quirúrgico, una unidad de rayos y unidades móviles compuestas por vehículos todo terreno con remolques equipados con camillas para cetáceos.


El aula del mar muestra una exposición marina considera como una de las más importantes de nuestro país. Un total de 700 especies configuran un espectacular recorrido por la vida de los mares, en el que se puede ver especies tan singulares como 8 calamares gigantes a los que habrá que sumar el único architeuthis macho maduro capturado en el caladero de Carrandi de seis metro de longitud y 50 kilogramos de peso. Además el visitante puede ver peces abisales, tortugas, cetáceos, moluscos y un largo etcétera.


Desde hace más de cuatro años, el aula del mar permanece abierta diariamente a la comunidad educativa y al público en general. Como señala el presidente de la coordinadora, Luis Laria, que también a formado parte del proyecto Kraken, "se quiere contribuir al conocimiento y aun mayor respeto de ese otro mundo que son nuestros océanos".


A finales de 1999 la coordinadora realizó el estudio y la conservación de uno de los ejemplares emblemáticos de cuentos se conocen en Europa, un ejemplar hembra año y medio de 146 kilográmos de peso y 13 metros de longitud. Desde entonces se han estudiado y conservado otros seis ejemplares de y tres Taningia danae, siendo estos últimos de acuerdo con la información del Luis Laria los más grandes del mundo que se tenga referencia. El elevado número de calamares gigantes capturados por barcos arrastreros colocan al caladero de Carrandi, situado a 28 millas de la costa de Gijón, como el más prolífico del mundo en los grandes cefalópodos. Hoy en día CEPESMA expone una de las más importantes colecciones de cefalópodos del mundo.

Revista MAR Nº 410 - Noviembre 2002