Javier Celaya, director de la revista cultural Dosdoce.com

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«Mucha gente prefiere comprarse un suplemento cultural a recibir una revista gratuita por Internet»

Periodista Digital, Jueves, 3 de marzo 2005
Dosdoce cumple un año en la Red. Javier Celaya, su actual director, la ideó como trampolín para la creación de una editorial y una librería especializada, todo digital. Su formación como economista y periodista le ayudaron enormemente a la hora de crear una revista cultural en la Red que, además, sea rentable, algo difícil cuando se trata de hacer negocio con la cultura. Su esfuerzo ya fue reconocido por la Comunidad de Madrid y la Cámara de Comercio, al otorgarle el Premio al Mejor Proyecto Empresarial 2004.

Su trayectoria profesional pasa más por la parte empresarial que por la periodística, ¿cómo se lanzó a la creación de una revista cultural en la Red?

Académicamente empecé más como economista, y a partir de 1992 entré en una consultora de comunicación, cuya relación de trabajo es con los medios de comunicación. Siempre he estado más, en cuanto a mi relación con los medios, desde el punto de vista de las empresas. No he sido periodista, por así decirlo, trabajando en un medio de comunicación.

Y el salto del mundo empresarial al de la cultura, fundando una revista digital, tampoco parece muy habitual.

La cultura, en mi ámbito personal, siempre ha estado conmigo. Siempre he tenido un alto interés por todo tipo de temas culturales, sobre todo lo relacionado con el arte y la literatura. Siempre he tenido en la cabeza que cuando pudiera retirarme del mundo ruidoso de todo tipo de trabajo, abrir una librería. Siempre ha sido mi sueño, o una editorial.

JAVIER CELAYA
-Nació en Bilbao en 1963
-Estudió Bachillerato y la carrera en Estados Unidos (Nueva Cork, Boston y Washington)
-Es licenciado en Empresariales y tiene un Master en Relaciones Internacionales con especialización en Periodismo en la Universidad de Columbia (NY)
-En 1992 regresó a España, donde trabajó en una consultora de comunicación
-Con el boom de los .com y las nuevas tecnologías dio el salto a una compañía norteamericana de nuevas tecnologías, asumiendo las funciones de Comunicación y Marketing para todo el sur de Europa hasta 2004
¿Por qué opción se decidió, al final?

Nos decidimos gracias a la experiencia aprendida. Somos ocho personas detrás del proyecto, y siempre vimos ese hueco en el mercado de formación, de libros y el aporte de las nuevas tecnologías para poder facilitar todo ello.

Y fundaron una revista cultural en la Red

El año pasado lanzamos la revista cultural Dosdoce, aprovechando un poco el origen de todos los fundadores. Una pata es comunicación, otra gran pata es arte y la otra de literatura. Es la suma de las tres la que hace el proyecto.

Acaban de cumplir un año en la Red, ¿qué valoración hace?

En esta primera fase que hemos cumplido, que es el lanzamiento de la revista digital (que lanzamos el 1 de marzo del año pasado), teníamos una base de datos de cerca de 2.000 suscriptores, un poco volcando cada uno de nosotros los contactos que teníamos a lo largo de los años. Actualmente ya tenemos cerca de 13.200 suscriptores.

La cultura no interesa

Llama la atención tanta gente interesada en la cultura, cuando se denuncia siempre lo contrario, ¿es cierto que hay poco interés?

Es cierto, desgraciadamente en España el índice de interés cultural es muy bajo. Varias encuestas han dado datos sobre, por ejemplo, el índice de lectura en España, y se sabe que está un poco por encima del 50%. Esos son los que dicen, al menos, nueve libros al año, el resto de los españoles dice, tranquilamente, que no lee. Y ya sabes que cuando te hacen encuestas siempre nos ponemos de más altos, más rubios y más guapos, para decir que somos mejores. Entonces, si ya dicen que no leen, es que no le dan ningún valor al tema cultural. Desgraciadamente llevamos ya demasiados años con esta lacra, no hay ninguna apuesta, ni desde el punto de vista personal ni del empresarial. Hay muy pocos proyectos culturales que se lancen en España porque tienen muy poca rentabilidad.

¿Cómo explica, entonces, ese número de suscriptores en un año?

Creo que son muy pocos. De casi 50 millones de españoles, sólo 13.000 se dan de alta en este tipo de revistas especializadas, son muy pocos. Internet, además, tiene todavía una lacra de credibilidad. Mucha gente prefiere comprarse un suplemento cultural en el kiosco a recibir una revista gratuita por Internet. Aunque hay un nuevo perfil de usuario, que es una persona de entre 20 y 40 años, que está acostumbrada a las nuevas tecnologías y que su primer punto de búsqueda de información es Internet. Esas 13.200 personas registradas las considero muy pocas. Creo que el potencial tendría que ser muchísimo más alto.

¿Cómo explicas la creencia de que Internet y la cultura están reñidos, que las nuevas tecnologías dejan atrás a los libros o los cuadros?

Sí, Internet ha ido por fases. Al principio pensábamos que nos iba a cambiar el mundo de la noche a la mañana, y nos hemos ido dando cuenta, poco a poco, de que somos humanos y que, como tal, nos cuesta mucho habituarnos a los cambios. Hay mucha gente que le da miedo o que teme por su seguridad.

En el ámbito cultural ha habido áreas que sí se han volcado en las nuevas tecnologías de una manera más rápida, y otras que les está costando. Por ejemplo, en el mundo artístico, hay muchos jóvenes creadores que están utilizando las nuevas tecnologías de una manera diaria en sus expresiones artísticas. Ahora, hay críticos de arte que no las consideran obras artísticas.

¿Qué ejemplos puede poner sobre la adaptación del arte a las nuevas tecnologías?

Por ejemplo, ahora en el Conde Duque hay una exposición de videocreaciones, donde sí que hay que tener un nivel de conocimiento para saber qué te está contando la obra.

¿Y en cuanto a la Literatura?

El sector del libro, en cambio, ha ido más despacio. Por un lado, las nuevas editoriales han defendido, frente a la llegada de esta nueva forma de transforma el negocio. Ten en cuenta que las nuevas tecnologías permiten poner al autor del libro en contacto directo con el lector. Mientras antes leías un libro que te había encantado y no podías comunicarte con el autor. Muchos autores, poco a poco, están creando sus propias páginas web, donde reciben comentarios y sugerencias de sus lectores.

En poesía, por ejemplo, la Red está permitiendo al poeta hacer hipervínculos en ciertas palabras. Así, si no la entiendes o no sabes por qué está en ese contexto, pinchas en ella y te da el punto de vista del poeta, por qué la ha puesto, qué quería escenificar. Los cambios nos cuestan a todos, tienen que ser graduales, pero sin lugar a dudas, el día de mañana Internet será el principal medio de comunicación. Hoy mismo, por ejemplo, los jóvenes no compran periódicos.

Hacer negocio de la cultura

¿Creó la revista literaria como hobby o como algo rentable?

Desde el inicio hicimos un planteamiento empresarial. Hicimos un plan de empresa. El año pasado nos dieron el Premio al Mejor Proyecto Empresarial 2004, de la Comunidad de Madrid y la Cámara de Comercio. Siendo el sector cultural tan minoritario, nosotros nos quedamos muy sorprendidos porque se presentaron 257 proyectos de empresa. Que le dieran el premio a un proyecto cultural, fuimos los primeros que nos quedamos sorprendidos. Siempre hay otros proyectos con una rentabilidad mayor, o que interesen más a la gente.

Quizá, el premio fue precisamente un reconocimiento a la dificultad de hacer negocio con la cultura.

Sí, sobre todo, ten en cuenta que el libro tiene un margen de beneficios muy pequeño, de un 20 ó 25%, cuando, a lo mejor, una tienda textil hablamos del 150%, y no hablemos de los bares y hoteles, que tienen unos márgenes impresionantes. Son muy buenos negocios. En el sector cultural no es así, cada vez le interesa a menos gente y como son muy difíciles de crear, la rentabilidad es muy escasa, muy limitada.

¿Seguirá creciendo el proyecto, o se dan por satisfechos?

Nosotros siempre lo planteamos como un plan de empresa que tiene tres fases. La primera es ésta, el lanzamiento de la revista para ir creando marca y darnos a conocer y establecer esos diálogos con los lectores, los escritores y los diferentes artistas. Estamos muy satisfechos, porque no pensamos que iba a ser tan rápido el conocimiento y el nivel de aceptación que hemos tenido en la Red.

¿Qué fases seguirán?

Empieza en septiembre, con un local que vamos a adquirir en la zona de Conde Duque, en Madrid. Va a ser la sede de la redacción, al igual que la sede de la editorial.

¿La editorial ya existe o es un proyecto nuevo de esta segunda etapa?

Será, precisamente, la clave de esta segunda fase. La apertura de una editorial digital. La idea es que esos contenidos y esos autores que estamos descubriendo, darles la facilidad de tener un lugar donde ellos puedan asesorarse y consultar sobre cómo pueden editar su libro, cómo pueden hacer esa proyección pública. Nosotros, desde ahí, les serviremos de asesoramiento, además de apoyo editorial.

A largo plazo

Eso quiere decir que están siendo rentables.

Efectivamente. Afortunadamente, las nuevas tecnologías tienen un aspecto muy positivo y es que tiene unos costes bastante asumibles. No es como editar una revista impresa, que conlleva una serie de costes fijos bastante altos. Las nuevas tecnologías, el contenido lo elaboramos entre los colaboradores fijos y los temporales.

¿Cómo se financian, a través de las suscripciones o por publicidad?

Como te digo esta primera fase es más de asentamiento para buscar la rentabilidad más adelante, con la editorial y la apertura de la librería especializada. La suscripción es gratuita, así que lo que hemos sacado ha sido más por publicidad. Hemos tenido varios banners de editoriales y congresos.

¿Y la tercera fase, cuál es?

Es la creación de una librería especializada, que tendría su formato digital, y la presencia física en el mismo local de la editorial. Tendríamos un fondo de 15.000 títulos divididos en las tres áreas de la revista: comunicación, arte y literatura. Esperamos que podamos llevarla a cabo en 2006.

¿Qué es lo que más interesa de la página a sus lectores?

Al principio fue bastante curioso, que es lo bueno de las nuevas tecnologías, que te permite saber qué es lo que más se lee. Ya les gustaría a los periódicos. Al principio éramos muy especializados en comunicación y literatura. Y luego vimos que la sección de Arte y la de la Buena Vida, donde aconsejamos sobre viajes, hoteles, etc., que la habíamos metido un poco de relleno, se está convirtiendo en una de las áreas más visitadas.

¿Cuál es el perfil de los suscriptores?

Tenemos un perfil muy profesional. Ya sea director de comunicación de una empresa, o periodista, o asesor de comunicación o de una compañía de marketing directo. Casi un 35% son de este perfil. Luego hay un gran segmento de nuevos creadores, de gente de entre 20 y 35 años que les gusta leer en Internet cosas a las que no pueden llegar en los lugares habituales de venta de libros. En los grandes almacenes, las obras de nuevos creadores, como no tienen esos volúmenes de ventas, no los suelen tener. Y luego tenemos gente de museos, de galerías, de instituciones públicas

¿Diría que el usuario de Internet tiene más inquietudes y, por tanto, se interesa más por la cultura?

Sí, es gente que ya de por sí tiene unas inquietudes personales, y no se conforma con lo que habitualmente les llega por todos los canales convencionales de comunicación y publicidad. Mucha gente en Internet, lo que hace es filtrar. Por ejemplo, para ir a una obra de teatro, meto los datos en Internet y miro los comentarios que han hecho sobre ella otra gente que ha ido, críticos, etc. Y decido si merece la pena. Es una manera de contrastar su información.