El secretario general de la ONU, Kofi Annan, presentó ayer ante la Asamblea General de la organización una ambiciosa propuesta que, de llevarse a la práctica, supondría la mayor transformación de las Naciones Unidas en sus sesenta años de existencia. La clave de los cambios es el nexo entre seguridad, desarrollo y democracia.
La iniciativa de Annan incluye una estrategia coordinada más eficiente contra el terrorismo y la proliferación nuclear, criterios más rígidos para autorizar guerras preventivas como la desencadenada por Estados Unidos en Iraq, la ampliación del Consejo de Seguridad, un compromiso en la ayuda al desarrollo, y la protección de los derechos humanos y frente al genocidio.
Consciente de las reticencias que muchos de los puntos despiertan entre los 191 estados miembros, Annan advirtió a los gobiernos de que, en la cumbre prevista en Nueva York el próximo septiembre para aprobar las reformas, no las traten "como un menú a la carta ni seleccionen sólo las que les atraigan especialmente".
El documento presentado tiene 63 páginas y está inspirado en un informe concluido hace unos meses por un comité internacional de ex gobernantes y expertos. Lleva por título Un concepto más amplio de la libertad: desarrollo, seguridad y derechos humanos para todos y obviamente no es más que un borrador sujeto a modificaciones y enmiendas de los países durante la negociación.
Sabedor de los riesgos de que la reforma quede descafeinada, Annan avisó: "Todos sabemos cuáles son los problemas y todos sabemos lo que hemos prometido conseguir". "Lo que ahora necesitamos no son más declaraciones, sino la acción para cumplir las promesas ya hechas", agregó. El secretario general explicó que el documento es en realidad una actualización ampliada de la declaración del milenio, hace cinco años, en la que la comunidad internacional quiso sentar las bases de un planeta más seguro y justo.
Puso énfasis en que se da "el mismo peso y atención" a los tres grandes objetivos de la ONU -el desarrollo, la seguridad y los derechos humanos-, todos los cuales deben anclarse en el imperio de la ley. "Puede que encuentren o no este razonamiento convincente, pero por favor recuerden que, en cualquier caso, si ustedes necesitan ayuda de otros países para alcanzar sus objetivos, también deben estar dispuestos a cumplir los objetivos de aquéllos -subrayó Annan-. Es por ello que les exhorto a tratar mis propuestas como un paquete unitario".
El mensaje entre líneas del secretario general es que los países en vías de desarrollo no pueden esperar ventajas y concesiones del mundo rico si no se comprometen a atajar el terrorismo y avanzan en las reformas democráticas y el respeto de los derecos humanos.
Las propuestas de reforma están estructuradas en tres pilares, bautizados como "libertad para vivir sin miseria", "libertad para vivir sin temor" y "libertad para vivir en seguridad". Además, existe un apartado específico que aborda la prevista ampliación del Consejo de Seguridad de 15 y 24 miembros. A los países en desarrollo, Annan los animó a mejorar la gestión pública, a combatir la corrupción y a establecer objetivos exigentes para vencer el hambre, la mortalidad infantil, las enfermedades y los déficit de educación.
Al mismo tiempo, las reformas reiteran el principio de que los países ricos deben abrir sus mercados a productos de los países en desarrollo y avanzar en el cumplimiento de dedicar el 0,7 por ciento de su producto interior bruto a ayuda al desarrollo para el 2015.
El documento califica el terrorismo como "una amenaza para todo lo que la ONU representa", incluidos el respeto de los derechos humanos, el imperio de la ley, la protección de los civiles, la tolerancia entre los pueblos y las naciones, y la solución pacífica de los conflictos. En cuanto al derecho a resistir una ocupación, se asegura que "debe entenderse en su auténtico significado y no puede incluir el derecho a asesinar o a mutilar deliberadamente a civiles".
Especialmente importante es la definición de terrorismo que propone Annan: "Además de las acciones prohibidas por las convenciones existentes, constituye terrorismo toda acción encaminada a causar la muerte o un grave daño corporal a civiles o no combatientes con el fin de intimidar a la población u obligar a un gobierno o una organización internacional a hacer o dejar de hacer una cosa".
Respecto a la guerra preventiva, Kofi Annan propone que el Consejo de Seguridad apruebe una resolución que exponga los principios por los que debe autorizarse y cómo sopesar la gravedad de la amenaza, cuál es el objetivo de la acción militar propuesta, si existen otros medios menos graves que el uso de la fuerza y si la acción militar es proporcional a la amenaza en cuestión. Con ello se trataría de alcanzar "una mayor transparencia en las deliberaciones y se conseguiría que sus decisiones fuesen más respetadas por los gobiernos y por la opinión pública mundial".