Abraham Alonso es el actual redactor jefe de la prestigiosa revista de divulgación científica
Muy Interesante. Leonés comprometido con su tierra, es el responsable de la página web "
Viejo Reino", dedicada a la historia del Reino de León.{p1}¿Cuándo empezaste a interesarte por el periodismo científico?{/p1}{r1}Aunque empecé trabajando en la radio, presentado magazines e informativos, siempre me había atraído más el periodismo escrito… supongo que un poco porque era lo que más había practicado en la facultad y un poco por aquello del “romanticismo” de la profesión. En el ABC, hace ya más de diez años, tuve la suerte de conocer a algunas de las figuras más relevantes de la divulgación científica de nuestro país: comunicadores como el omnipresente Manuel Toharia, mis compañeros Fernández Rúa y Alberto Aguirre de Carcer, o Ángel Martín Municio, entonces presidente de la Real Academia de Ciencias. Hasta entonces, mi formación era principalmente humanista, o “de letras”, y abrirse camino en el mundillo “científico” requirió un considerable esfuerzo. Eso sí, valió la pena. De ahí “di el salto” a Muy Interesante, el buque insignia de la “ciencia popular” en España, donde trabajo desde hace 7 años.{/r1}{p}¿Cómo ves el panorama científico en España?{/p}{r}Francamente, hay muchísimo trabajo por hacer. A todos los niveles. Una reciente encuesta sobre Percepción Social de la Ciencia revela que los investigadores cuentan con un gran prestigio entre los españoles. Sin embargo, sólo un 10% declara sentirse interesado por su trabajo o por las actividades científicas. Por otra parte, nos encontramos a la cola de los países desarrollados en inversiones en I+D y nuestra producción científica, al margen de notables éxitos puntuales, es escasa. Mientras no cambien las políticas sobre ciencia y tecnología y aumente el gasto público, el panorama seguirá siendo preocupante.{/r}{p}¿Es duro luchar desde una revista de divulgación científica contra las pseudociencias y los charlatanes que tanto abundan en radio y televisión?{/p}{r}Lamentablemente, muchas personas siguen confundiendo “creencia” y “ciencia”, y “fe” y “razón”. Sospecho que los antropólogos y sociólogos del futuro encontrarán sumamente interesante estudiar cómo en una época de constantes y espectaculares avances científicos, lo irracional gana adeptos. No hay más que ver cómo se extiende la ola procreacionista por los países tecnológicamente más avanzados. Con frecuencia, los defensores de las pseudociencias nos lanzan furibundos ataques cuando mostramos cómo las pruebas objetivas desbaratan una supuesta explicación, digamos, “mística” de una realidad. La duda y la investigación siempre son necesarias, pero en mi opinión deben hacerse en base a un sistema de pensamiento lógico y siguiendo el método científico.{/r}{p}Eres autor de una de las mejores páginas sobre
Historia de León. Si te dieran a elegir entre ciencia e historia, ¿cuál escogerías?{/p}{r}Agradezco el cumplido, pero las páginas del Viejo Reino no son más que un pequeño apunte entre la enorme producción de temática leonesa que puede rastrearse en la Red. Creo que historia y ciencia van de la mano. De hecho, la historia, entendida como una descripción lo más objetiva posible de una sucesión de hechos pasados, debería ser considerada una disciplina científica más. Sin embargo, de sobra es conocido cómo el poder de turno trata de manipularla para “acondicionarla” a sus intereses políticos. En León tenemos que lidiar con ello día sí, día también. Así las cosas, puedo decir que me apasiona la historia, pero la ciencia no me da tantos disgustos.{/r}{p}Hablando de Historia ¿crees que los leoneses conocen y valoran su historia?{/p}{r}La historia de León es fascinante, tiene entidad propia y posee todas las piezas que un guionista cinematográfico necesitaría para construir una superproducción: actos heroicos y traiciones, amores imposibles, batallas desesperadas y figuras de leyenda. Creo que muchos leoneses –al menos bastantes de mi generación- conocen razonablemente bien la historia de nuestra tierra en líneas generales. Pero es innegable que eso está cambiando, en buena parte por el desinterés y la ignorancia de las instituciones de Castilla y León y sus representantes, empeñados, no se sabe muy bien por qué, en relegar nuestra historia a un segundo plano.{/r}{p}Desde la diáspora madrileña, ¿podrías hacernos una radiografía de los principales males y problemas que aquejan a León? ¿Te atreves a proponer alguna solución?{/p}{r}En Madrid viven entre 55.000 y 60.000 leoneses, una cifra enorme comparada con la población de su provincia, sobre todo si tenemos en cuenta que en Asturias y Barcelona la colonia leonesa es también muy importante. Y es que estamos asistiendo a un verdadero fenómeno migratorio interior en tiempo real. Está claro que faltan inversiones a todos los niveles y tejido industrial que genere empleos. Las instituciones, sumisas al poder central de la comunidad autónoma, no fomentan el establecimiento de empresas importantes que creen riqueza. Igualmente, el supuesto apoyo del presidente del gobierno, que se dice leonés, se ha traducido en poco más que humo. Los leoneses tienen que aprender a valerse por sí mismos, abandonar la complacencia en la que han vivido durante años y dejar a un lado su secular sentimiento de inferioridad. Por ello, es notable el movimiento ciudadano que recientemente está sacando a la calle cada vez a más leoneses para reivindicar sus derechos. De otra forma, nuestra tierra seguirá siendo reconocida sólo por el frío y la catedral… si es que conseguimos que siga en pie.{/r}{p}¿Añoras mucho a León? Dinos cuál es tu monumento leonés preferido.{/p}{r}Afortunadamente, León y Madrid están, por así decirlo, al lado. Aun más ahora que ambas ciudades están enlazadas por avión. Además, gracias a internet y a las ediciones en Madrid de nuestros diarios puedo estar bastante al día. En cuanto a los monumentos, es imposible prescindir de esa joya que es la catedral y que tan abandonada tienen nuestras instituciones; sin embargo, me gustaría llamar la atención sobre el complejo de la muralla de la ciudad de León, una de las más importantes de la Península. Es preciso restaurarla por completo y, ¿por qué no? , recuperarla en la medida de lo posible y reconstruir las partes demolidas hace un siglo con tan poca perspectiva, como Puerta Obispo. Entonces los leoneses quizá sean más conscientes de la espectacular obra de arquitectura militar que hoy permanece ruinosa y semioculta entre las casas de los barrios antiguos.{/r}{p}¿Cuáles son tus libros y autores favoritos?{/p}{r}La verdad es que mis gustos son de lo más ecléctico y van desde los simbolistas franceses hasta autores cristianos como Tolkien o Chesterton. Tengo particular cariño a la obra de H. P. Lovecraft, un escritor que supo conciliar su oficio y su gusto por las historias de terror “sobrenatural” con su firme escepticismo.{/r}