De nuevo batalla campal entre el Vaticano y Amnistía Internacional en relación al aborto, tras el nuevo «sí» de la organización a esta práctica en el caso de mujeres que han sufrido violencia. Esta nueva postura se hará oficial el próximo mes de octubre en el congreso que se celebrará en México y que probablemente causará revuelo entre los sectores más conservadores de la organización, ya que el propio Vaticano solicitó nuevamente ayer, a través del presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, cardenal Renato Martino, que se retire la ayuda económica de los católicos a este organismo.
«No se puede responder a la violencia con violencia», declaró ayer el purpurado, explicando lo incomprensible de «luchar contra la violencia de una violación provocando la muerte de un niño que crece en el vientre de su madre». En este sentido el presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz señaló que Amnistía Internacional, «no puede negar el mal que existe en el aborto».
Visiones contrapuestas
La postura del cardenal Martino fue apoyada asimismo por el secretario del Pontificio Consejo Cor Unum , cardenal Walter Kasper, quien expresó su pesar por la postura «de negación del derecho a la vida de una organización que siempre se ha caracterizado por la defensa de los derechos humanos». De este modo el purpurado expresó su cercanía a la postura del cardenal Martino, porque «la doctrina de la Iglesia católica es desde siempre favorable a la vida por nacer, desde su primera concepción, hasta su conclusión natural».
La visión del comité ejecutivo de la organización, fundada en 1961 por el abogado británico convertido al catolicismo Peter Benenson, es bien distinta y llega incluso a culpar al propio Vaticano de la masacre de Darfur, según un documento que se presentará en México. «Frente a este tipo de violencia- se lee en la nota- las mujeres embarazadas tienen derecho a abortar y en el congreso de octubre se ratificará públicamente a pesar de la oposición del Vaticano».
La vicesecretaria general de la organización, Kate Gilmore, negó ayer que ésta se haya convertido en proabortista, «Nosotros nos ocupamos de leyes y Estado, no de Dios», sentenció rotunda Gilmore.