CARDENAL OSCAR A. RODRIGUEZ MARADIAGA / Arzobispo de Tegucigalpa

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«EEUU se ensaña con los inmigrantes como si fuesen delincuentes»

RD, Lunes, 19 de noviembre 2007

Es uno de los cardenales con más gancho de Latinoamérica. Con un enorme prestigio en toda la Iglesia. Tanto, que el nombre del salesiano Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa (Honduras), sonó como papable en el último cónclave. Sencillo y sincero, siempre ha defendido a los más pobres y ha denunciado los atropellos de los poderosos. De paso por España, asegura que las intervenciones del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, durante y después de la Cumbre Iberoamericana están destinadas a «tapar sus problemas personales». Y, al mismo tiempo, denuncia que «EEUU se ensaña con los inmigrantes como si fuesen delincuentes».

Pregunta.- Monseñor, ¿la reciente cumbre del «¿Por qué no te callas?» del Rey a Hugo Chávez demuestra que se están tensando, cada vez más, las relaciones de España con Latinoamérica?

Respuesta.- En absoluto. Se trata de una manera muy personal de proceder del presidente Chávez, para tapar sus problemas personales. Y es que al presidente de Venezuela todo le hace ronchas.

P.- ¿Nos vuelven a considerar ustedes como colonizadores, ahora económicos?

R.- No lo creo. España está promoviendo el desarrollo en Latinoamérica. Conozco muchos países de América Latina, donde hay inversiones españolas muy vivas y muy dignas, que promueven nuestro desarrollo.

P.- Un desarrollo que parece que tarda en asentarse definitivamente.

R.- El desarrollo en América Latina sigue siendo una asignatura pendiente. Además, se ha buscado ante todo y sobre todo el desarrollo económico exclusivista y excluyente. Y eso nos sigue obligando a emigrar. ¿Saben en España que sólo de Honduras salen cada hora nueve personas hacia EEUU?

P.- Pero el paraíso del Norte no es fácil de alcanzar.

R.- EEUU ha blindado sus fronteras. Y, además, se ensaña con el inmigrante como si fuese un delincuente. No se da cuenta de que el fenómeno de la inmigración no se puede frenar. O que sólo se puede frenar con desarrollo donde no lo hay.

P.- Y las fronteras de Estados Unidos se cierran cada vez más.

R.- Las fronteras de EEUU son muros que no deberían existir. Porque las fronteras deberían ser brazos abiertos, no muros. De lo contrario, caemos en la incongruencia de que el sistema económico quiere y permite la libre circulación de mercancías y capitales, pero no la de personas. Y eso no quiere decir que cada país no tenga que regular los flujos migratorios, pero teniendo en cuenta que la solidaridad debe primar. Hay que enfrentar la emigración con criterios humanos y no permitir que la humanidad se deshumanice. No viviremos en paz con muros ni con guerras preventivas.

P.- ¿Se sienten bien tratados los inmigrantes latinos en España?

R.- En general, no se sienten maltratados, a diferencia de lo que les pasa en EEUU, donde los indocumentados son considerados delincuentes. Sin tener en cuenta que el emigrar es un derecho humano.

P.- ¿Qué responsabilidad tienen los políticos en este proceso?

R.- Total. Lo que pasa es que la política, en general, se ha convertido en un negocio. Se invierten ingentes sumas durante las campañas electorales, para después conseguir réditos en el Gobierno. Y a eso hay que añadir la galopante corrupción de muchos de nuestros políticos. Corrupción que queda, en muchas ocasiones, sin castigo, porque la Justicia es muy débil en nuestro continente.

P.- Y eso que muchos obispos como usted no cejan en su empeño de denunciar la corrupción.

R.- Sí y por eso los gobernantes nos consideran incómodos a los obispos católicos. De ahí que favorezcan la implantación de las sectas, porque son mucho más cómodas para ellos. Nosotros denunciamos a los políticos, pero también rezamos por ellos, para que no sean corruptos.

P.- Acaba de ser nombrado presidente de Cáritas Latinoamericana.

R.- Ha sido un honor para mí, porque Cáritas es un punto de referencia para el amor concreto. Y en Cáritas estamos dando no sólo ayudas materiales, sino integrando a muchos jóvenes, también españoles, que van a Latinoamérica y, cuando regresan a España, están cambiados. Porque la solidaridad es una autopista de doble sentido: va y viene, da y recibe. Eso demuestra, asimismo, que es mentira que los jóvenes anden perdidos y alejados de la Iglesia. Los jóvenes están deseando que se les propongan grandes ideales.