Que no hay Sánchez para largo
Lo abonan cuatro razones,
Todas de sabor amargo…
Una: por muchos cojones
Que tenga, hecho un asco
Lo dejarán los halcones,
El catalán y el vasco,
Porque «pacta sunt servanda»
Y él los tiene en un atasco…
Si en escusas se anda,
Para que caiga en el hoyo
No hará falta una demanda…
Con negarle su apoyo,
El Sánchez a tomar viento,
O tirado en un arroyo…
Dos: me sopla el viento
Que repartiendo prebendas
A lo loco y sin tiento,
Como si fueran en tiendas
De Todo a Cien, la hemorragia
No la cortan estas vendas…
Y como el tiempo presagia
Con tal derroche, sequía,
Tampoco le vale la magia
Sola de su simpatía…
Si sigue con esta práctica,
Sus perros de compañía,
Que, conocida su táctica,
Guardan torre y caserío,
Se pondrán a lamer lápida…
Tres: desbordado este río
Del impago y despilfarro,
Cobra aún mayor brío
Una rueda para el carro
De repuesto: la mentira,
Que, con los pies en el barro
Del sí y del no, de ella tira
Con tal ímpetu y gana,
Que acabará hecho un guarro…
Y cuatro: otra vez pana:
Siendo más falso que el mismo
Judas, no irá ya a por lana…
Conclusión: no es eufemismo:
Si no rompe el compromiso,
Ya tan mustio el Narciso,
Los premios: él al abismo,
Los demás… ¡al Paraíso!.
II
Más inútil que un semental capado,
Por más que parezca contra natura,
El tal Sánchez con el Falcon tal altura
Ha cogido, que si no anda con cuidado,
Aterrizará en rastrojo quemado:
Es el destino de todo caradura,
Cuya política es una metedura
De pata… Siendo que tiene este calado
La suya, pues le importa más su figura
Que aparezca con un buen acabado,
Pues para eso sigue como empleado
En el Corte Inglés, que la tarea dura
De ser Presidente… (Dios fuera loado,
De no ser ateo),… ¡al pie ya de la sepultura!.