Ver, lo que se dice ver, tan solo vemos
Nubes, rayos y centellas en el cielo,
El mar encrespado y todo el suelo
Con socavones… Y, ¿cómo no?, Podemos
En la Política como… ¡El Gran Camelo!
Oír, lo que se dice oír, solo oímos,
Y sobre todo en los grandes atascos,
El ruido de los claxons o el de los cascos
Estropeados… Y los grandes timos
Que nos quieren dar… ¡catalanes y vascos!;
Oler, lo que se dice oler, lo que peor
Huele, -sin ninguna clase de retórica,
Pero sí con esa manera sórdida
Con que actuó el Zapatero,- es el hedor
Que suelta… ¡la Ley de la Memoria Histórica!
Gustar, lo que se dice gustar, no hay nada
Como la perita en dulce que parte
Y reparte y se queda con la mejor parte
El Sánchez, para el que es su mejor jugada
Ser Presidente… ¡sin ciencia, ni oficio, ni arte!;
Y tocar, lo que es decir tocar, mejor
Que toquemos madera y dejen de vernos,
Oírnos, gustarnos, tocarnos y olernos
Ya más Rojos, al por mayor o menor,
Pues lo único que hacen… ¡es jodernos!