Tan desagradable como el chasquido,
Cuando la pisas, de una cucaracha,
La voz de la Cristina Almeida, la chacha
De los Rojos, suena tal que un berrido;
Viniendo después de una mala racha,
Tener que oírla no tiene sentido
A todas horas, pues su voz empacha
Y daña la mente, además del oído.
2
Otro más que en las tertulias
Que a la Derecha caña
Le da, es el tal Maraña,
Quien, sin que sufra abulias,
Como tela de araña
Vil, extiende sus aviesos
Razonamientos cual besos
De Drácula, pues que bien
Se ve su tirria hasta en
La médula de los huesos.
3
A la Angélica Rubio
Hay que ubicarla entre los percebes:
Igual confunde el Diluvio
Con un día de sol… Y debes
Ver al Abominable Hombre de las Nieves,
Bañándose en la Fragua
De Vulcano y saliendo de ella tan fresco;
Claro que le falta un agua
A seso tan pintoresco,
Que cree un piropo lo que es cuesco;
*
Lo mismo que lo que la vale para un choto,
Para una cabra … ¡Está como una moto!.
4
Mental y físicamente, que el Escolar tiene
Alma y cuerpo, aunque sin hábito de fraile,
De un nuevo Torquemada, se ve a la legua;
De mente aviesa y aspecto adusto, le viene
La Derecha al pelo como pareja de baile
Para pisotearla con encono y sin tregua;
Añora que la España de hoy fuera, para su honor,
La de los Austrias, pues él sería … ¡El Inquisidor!.
5
La Elisa Beni, a esa
Ya no le puede pasar que cualquier día,
Ya sería el colmo, muesa
La dejen… Mejor le iría
Arrear el ganado en su dehesa,
Y menos con sus agallas de arpía,
*
Gesticular y echarse a los ojos
De quienes de sus gestos hacen sangría
Y de sus argumentos hacen despojos.