Como escribe Antonio Burgos en ABC, citando el Almanaque Zaragozano, treinta días tiene noviembre, como abril junio y septiembre:
Y en esos treinta días que trae noviembre, ¿no había podido ZP elegir otra fecha que no fuera el 20 de noviembre?
¿No será que este tío quiere estar dando por saco con la Memoria Histórica hasta el día en que se vuelva a León?
El diario Público, que juega con la fecha en su titular de portada –«Elecciones Generalísimas»-, se pregunta retóricamente si votar un 20-N movilizará al electorado de izquierdas.
Tras subrayar como evidente que 20-N es pensar en la muerte de Franco, o en la de José Antonio Primo de Rivera y la de Buenaventura Durruti, el periodista Juanma Romero contesta:
Los expertos dudan poco: no, el influjo será irrelevante. Y, en caso de cambiar las cosas, ayudaría a despertar al electorado de izquierdas. No afectará a la derecha, ya muy movilizada.
El jefe de opinión del diario, Marco Schwatrz, es más directo. En una pieza titulada «El 20-N no es una fecha cualquiera», explica:
Zapatero alega que se trata de una fecha cualquiera, cuando evidentemente no lo es. Haya o no existido intención en la selección de la fecha, el hecho es que, para el futuro del PSOE, estas serán unas elecciones generalísimas.
En la dificilísima situación en que se encuentra el candidato Rubalcaba para atraer a votantes de izquierda con propuestas sociales creíbles, cuando el Gobierno, del que para más señas formaba parte, continúa aplicando políticas inasumibles para ese electorado, la fecha del 20-N es un guiño a los ‘indignados‘.
En esa misma línea, Fernando Berlín -uno de los jóvenes periodistas que más acceso ha tenido a Zapatero- sostenía la víspera en la tertulia de Hora 25 de la Cadena SER, que todo está muy medido:
«La comisión del Valle de los Caídos tendrá que pronunciarse sobre la tumba de Franco y la foro del traslado de esos restos, justo antes de las elecciones, estará en la portada de todos los diarios del mundo».
J. Aguado en La Razón pone el dedo sobre la llaga cuando titula «20-N: la memoria histórica hasta el final» y recuerda que desde su primera legislatura, Zapatero ha buscado reabrir el enfrentamiento entre las dos Españas.
El historidador Stanley G. Payne es meridianamente claro en su análisis sobre Zapatero, sus discursos y sus fechas:
La vuelta a la contienda del 36 y la posguerra y la búsqueda de la identidad del gobierno socialista en el poder comenzó con la devolución a Cataluña de los llamados papeles de Salamanca y terminará en un nada inocente, el 20 de noviembre, una fecha simbólica que creen les facilita una campaña a base de su grotesca «memoria».
En su blog y en el diario El Mundo, el siempre brillante Santiago González titula «Veinte Ene» y tras preguntarse cuántas veces dijeron Zapatero y los suyos que se iba a agotar la legislatura y que las elecciones serían en marzo, concluye que ya hace tiempo que en el PSOE le perdieron el respeto a la verdad.
Empezó el 14 de abril de 2004 y ha querido terminar el 20-N. Para hacer campaña antifranquista habrían tenido un pasar el reciente 18 de julio o el 1 de abril de 2012, fechas franquistas. El 20-N es sólo el aniversario de Primo de Rivera, Franco y Durruti, y ahora la fecha de su muerte política.
Empate a dos. Para muchos españoles, aquel día de 1975 fue el que marcó el fin de la dictadura y el comienzo de la libertad. Ellos deberían recordarlo por jóvenes que fueran.
Agustín Valladolid, quien no oculta su simpatía hacia el PSOE my tiene buenas fuentes en la calle Ferraz y entre los veteranos del Partido Socialista, deja claro en su blog que Rubalcaba ha estado en la jugada:
Ha hecho bien el presidente del Gobierno escuchando y atendiendo los consejos del candidato socialista. Me caben pocas dudas de que el adelanto electoral y la fecha elegida para la celebración de las «Elecciones Generalísimas», como las ha bautizado @Franesco en Twitter, son, ¿cómo llamarlas?, «sugerencias» de Rubalcaba.
Y concluye Valladolid.
Alguien puede haber llegado a la conclusión de que la hemeroteca o las remembranzas rescatadas del NODO en plena campaña electoral pueden conseguir el milagro de que una parte del electorado progresista, poco partidaria de rescatar a un PSOE que les ha defraudado, reconsidere sus intenciones abstencionistas cuando recuerde o crea haber descubierto el recoveco político en el que se camuflan los herederos del franquismo.
Twitter y las «elecciones generalísimas»
Si las elecciones coparon los comentarios este 29 de julio de 2011 en Twitter, no ha sido menos comentada la fecha elegida.
«Elecciones generalísimas» es una de las expresiones más usadas y no faltaron tampoco las ocurrencias como «¿Será que los políticos pretenden sernos francos?».
En clave política también ha habido comentarios para todos los gustos: «Me gusta que la fiesta de la democracia sea el 20-N» o «Las elecciones, el 20-N, ¿márketing o casualidad?».
No falta tampoco el mal pensado que dijo que «las elecciones son una cortina de humo de Rubalbacaba para que no se hable del final de Supervivientes».
Leyes para reabrir las heridas
- Ley de memoria histórica
Aprobada por el Congreso de los Diputados el 31 de coctubre de 2007, fue uno de los proyectos en los que más ímpetu puso Zapatero. Para la derecha abría viejas heridas y para la izquierda se quedaba corta.
Mapa de fosas
El pasado mes de mayo el Gobierno publicó el primer mapa de fosas en el que se localizaban «restos de personas desaparecidas violentamente durante la Guerra civil o la represión política posterior» y abrió una página web de la Memoria Histórica.- Archivo de Salamanca
Durante el ministerio de Carmen Calvo el Gobierno decidió devolver parte del Archivo General de la Guerra Civil a Cataluña. Fueron más de 500 cajas de documentación. - El Valle de los Caídos
La situación jurídica de El Valle de los Caídos ha sido uno de los temas centrales de debate durante el gobierno de Zapatero. Lo que a nadie había importado, de repente, se convirtió en una agria discusión que encendió los ánimos.