Carta al Director

Carnaval, carnaval…

Durante la campaña montaron el carnaval de las promesas falsas

Carnaval, carnaval...
Disfraz, carnaval y política. Maximino Soriano.

«El hombre era feo sin paliativos. Lo era tanto que fue a comprar una careta para carnaval y le vendieron solo la gomita».

A nuestros políticos les pasa igual: llevan careta todo el año. Es la careta con la que tapan sus verdaderas intenciones, su hipocresía. Durante la campaña montaron el carnaval de las promesas falsas. Tras el resultado del 20D montaron el del todos han ganado y nadie ha perdido.

En el tiempo de las consultas del Rey montaron el carnaval del escapismo y a ver qué pasa con el otro y, por fin, con la elección de Pedro Sánchez este ha montado dos carnavales, uno dentro de su propio partido y otro a nivel nacional pregonando ser el único que puede hacer pactos y poniéndose, sobre la careta de la mentira y la hipocresía, la de «hombre de Estado».

Y en esto y coincidiendo con las fechas carnavalescas, la reputada agencia Bloomberg hace entrega de su ranking anual de los países más o menos «miserables». España ocupa el sexto lugar de mayor a menor miseria, siendo ocupado el primero por Venezuela cuya política social y económica nos quiere traer a España el señor Iglesias.

A nuestros políticos debería caérsele la cara y la careta de vergüenza al ver que países como Serbia, Turquía, Brasil, Kazakhstan y otros 53, tienen menos índices de pobreza que España. Pero para que sientas vergüenza, primero has de tenerla.

El Carnaval es una fiesta pagana continuidad de la que los romanos llamaban Saturnales. Con la expansión del cristianismo se extendió por todo el mundo. Son esos tres días antes de la Cuaresma en las que todo está permitido para dar salida a los apetitos de la carne antes del ayuno cuaresmal. Los desmadres de los sentidos durante esos tres días hacían conveniente llevar careta.

Una vez terminado el Carnaval, la Cuaresma te imponía la austeridad y el alejarte de la carne, la de la comida y la otra.

Para nuestros políticos todo el año es carnaval, por eso no se quitan sus caretas ni para engullir la sabrosa carne de sus privilegios, sea o no sea tiempo de Cuaresma. Mientras, España, se arrastra por las oscuras catacumbas de la miseria.

Manuel del Rosal García

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