LUIS VENTOSO

«Maroto y Casado, los nuevos injertos sin corbata, insertados en el tronco carcomido de Génova, están diciendo en alto lo que hay que decir»

"Maroto y Casado, los nuevos injertos sin corbata, insertados en el tronco carcomido de Génova, están diciendo en alto lo que hay que decir"
Luis Ventoso. PD

Luis Ventoso titula ‘Olor a gas’ su columna de este 30 de julio de 2015 y que empieza:

EL lodazal de la trama Púnica, toda esa mangancia desvergonzada, chuleta y arrabalera que ha ido contando ABC acorde a su compromiso con la verdad, casi convierte las comedietas de Torrente en un tratado de ética. Es triste que luminarias como Aguirre, que ven crecer la hierba e imparten doctrina urbietorbe, no se percatasen de que algo olía a podrido en Dinamarca. Por fortuna Maroto y Casado, los nuevos injertos sin corbata, insertados en el tronco carcomido de Génova con la esperanza de que el árbol dé más flores que chorizos, están diciendo en alto lo que hay que decir.

Sigue:

Pedro Sánchez, secretario general del partido de Griñán y Chaves y que tiene imputado por un chanchullo inmobiliario a su líder en Galicia pero no lo echa ni con agua caliente, decidió ayer legítimamente afear al PP el caso Púnica. Pero algunos días, ay, es mejor apalancarse en la piltra todo el día y no hollar la rúe. «Esta es la mía», se debió decir el buen Sánchez a cuenta de las andanzas de Granados, y allá se fue a predicar ética a la Asamblea de Madrid. Con su mejor uniforme a lo Tsypras y estudiada mirada telegénica de Intensidad 10 en la EscalaSánchez, es decir, taladrando la cámara con los ojos como si fuese a esculpir la nueva ley mosaica, el líder de la oposición ahuecó la voz con solemnidad y proclamó: «Si en noviembre soy presidente, modificaré el Código Penal para que se actúe contra el patrimonio del condenado y el que pueda esconder a nombre de terceros». Luego, ya gustándose, añadió: «Conmigo al frente del Gobierno, el que la hace la paga y lo paga».

Finaliza:

Es una desgracia para España que así sea, pero de nuestro líder de la oposición empieza a emanar un fuerte olor a gas, a absoluta inconsistencia. Su oportunismo y sus sofismas, su apostura y juventud, pueden darle votos. Pero la pasta política y moral que va mostrando no son las de un gobernante. «Ni antes ni después pactaremos con los populismos», prometía en septiembre cuando se le preguntaba por Podemos. Hoy es su socio preferente. En 2011 defendió y votó a favor del techo de gasto en la Constitución. Ahora promete derogarlo. Como dádiva a los sediciosos propugna una España federal que no explica, cuando de hecho el nuestro ya es un Estado de modelo federal… Va y viene, como una veleta sin rumbo… que se puede sentar en la Moncloa con Iglesias en noviembre si al PP le siguen asomando grandes éxitos de su pasado reciente en la crónica de sucesos.

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Autor

Roberto Marbán Bermejo

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y actualmente cursa el grado de Ciencias Políticas por la UNED, fichó en 2010 por Periodista Digital.

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